Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta
Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta

¡Con los quilombos qué tengo en la Provincia ,vos me querés meter en esa!“, contestó María Eugenia Vidal.

Fue la respuesta de la gobernadora bonaerense a un comerciante local que planteó el persistente mal humor social durante una reunión que mantuvo con una veintena de votantes “desencantados” en un club de La Plata, el miércoles pasado. Ese comerciante defraudado explicó que en el 2015 había votado por Mauricio Macri, pero que ahora no tenía razones para volver a hacerlo. Resaltó, en cambio, que si elegiría a la gobernadora ante una eventual candidatura presidencial. Vidal defendió al Presidente, y reiteró que su destino político era buscar la reelección provincial.

Hace más de dos meses que la gobernadora empezó con ese formato de reuniones en los municipios del conurbano administrados por Cambiemos, una imitación reformada de los encuentros que Horacio Rodríguez Larreta, principal aliado interno de la mandataria, mantiene desde hace años en la ciudad de Buenos Aires.

No es la primera vez en esas reuniones que Vidal escucha insistentes pedidos por su eventual postulación presidencial. Ella no se cansa de repetir que no será la reemplazante de Macri en el ticket oficial, sin embargo el famoso “Plan V” fue instalado con fuerza por el círculo rojo y un sector de desencantados del oficialismo que promovían el desdoblamiento del calendario bonaerense, al compás de la crisis político y económica que agobia al Gobierno.

Las tensiones internas dentro de Cambiemos son serias. Ruidosas. De fondo. Las especulaciones y operaciones políticas en torno a la candidatura de Macri y los supuestos planes de emergencia que tienen a Vidal como principal protagonista, dividen al PRO y a sus aliados.

En las últimas horas, el quiebre entre la Jefatura de Gabinete nacional y un sector de la mesa chica que rodea al Presidente se habría acentuado. Con sorna, hay quienes hablan ya no de mesa chica, sino de “mesa ratona”.

Rodriguez Larreta, un aliado incondicional

En ese esquema binario del poder, el jefe de Gobierno porteño colabora con Vidal. La apuntala. La socorre. Rodríguez Larreta se sienta en todas las mesas que puede. Ocupa casilleros. Llena espacios. Durante la campaña cordobesa, por ejemplo, habló “todo el tiempo” con Mario Negri. “Lo ayudó, lo asesoró, lo contuvo, fue su verdadero padrino”, confirman en las cercanías del ex candidato a gobernador radical.

Con Vidal, sin embargo, la vinculación es más profunda. “Somos más que socios porque las sociedades en algún momento se rompen”, suele describir Rodríguez Larreta cuando comenta su relación con la gobernadora. Esa relación política imperturbable entre ambos referentes de Cambiemos comenzó a principios de siglo, cuando ninguno de los dos soñaba con alcanzar los espacios institucionales que ahora ocupan por capacidad propia.

Hace un mes, el jefe porteño le cedió a la gobernadora a dos de sus hombres más emblemáticos: Federico María Di Benedetto, subsecretario de Comunicación -lo acompaña desde sus inicios en la Jefatura de Gabinete en la era Macri- y Ernesto Skidelsky, subsecretario a cargo del área de Comunicación Digital de la Ciudad.

Skidelsky conoció a Vidal en la campaña del 2015. Y desde hace un mes, ocupa buena parte de su tiempo a la campaña digital de la gobernadora. Se sumó al equipo del ministro Federico Suárez, un viejo colaborador de Macri y buena relación con Peña que se sumó al gabinete bonaerense cuando el PRO ganó la Provincia . Suárez hace equilibrio en la cada vez menos silenciosa puja interna de la mesa chica del Presidente, alimentada, en general, por las segundas líneas.

Di Benedetto articula e intercambia información con el equipo bonaerense, mientras que Skidelsky está en el día a día. Desde su llegada, Vidal publica en sus redes sociales actividades de campaña filmadas por ella misma con el teléfono. Un giro en la manera de comunicar.

Además de apoyar a Vidal, Rodríguez Larreta presta logística a un buen número de candidatos “sin tierra”, que aspiran algún día a gobernar en distritos dominados desde hace años por el PJ en el Gran Buenos Aires.

María Eugenia Vidal frente a empresarios que pidieron por su candidatura presidencial (Maximiliano Luna)
María Eugenia Vidal frente a empresarios que pidieron por su candidatura presidencial (Maximiliano Luna)

Internas palaciegas

En la última semana, los trascendidos en torno a la estrategia electoral del Gobierno volvieron a tomar vigor. El PRO había conseguido aplacar las versiones con cierta calma cambiaria y el lanzamiento del consenso de los 10 puntos, una jugada destinada solo a retomar la iniciativa política y mediática. El sorpresivo anuncio de Cristina Kirchner del último fin de semana agitó de nuevo el frente interno.

La cercanía con el cierre de listas y la convención de la UCR de Parque Norte de este lunes, no colaboran para la paz tácita de la mesa chica. En el entorno del Presidente incluso dejaron trascender que, hacia fin del año pasado, tuvo que convencerla a Vidal de buscar la reelección bonaerense. Decían que estaba cansada. Desgastada. Que la crisis que se agudizó a partir del fin de semana fatídico de Olivos de principios de septiembre de 2018, que terminó con la salida -solo en los papeles- de Mario Quintana, hizo crujir muy fuerte las relaciones internas.

Las versiones que atraviesan a la mesa chica del macrismo se cruzan con supuestos trascendidos de empresarios, dirigentes, consultores y demás miembros del círculo rojo que tienen como protagonistas al jefe de Estado, al jefe de Gabinete, al jefe porteño y a la gobernadora bonaerense.

En las últimas horas, por caso, fue el turno de Carlos Grosso: de eterna asesoría presidencial, su nombre apareció vinculado al supuesto plan “Vidal vicepresidenta”. Es cierto que el ex intendente porteño había trazado un diagnóstico preocupante hace poco más de un mes frente a algunos dirigentes partidarios. Pero en las últimas semanas recuperó optimismo: en charlas reservadas dijo haberlo visto “enfocado” a Macri, resaltó que los radicales aprietan “pero no tienen lugar a donde ir” y que “se va a ganar” la Provincia, según trasmitió uno de sus interlocutores habituales.

Macri espera para estos días los nuevos estudios encargados al psicólogo español Roberto Zapata, que como publicó este medio tuvo que volver de urgencia al país para volver a medir el humor social. En la semana estuvo en Mar del Plata, una ciudad clave para la provincia de Buenos Aires. Jaime Durán Barba debería volver a aterrizar en el país próximamente.

Para Macri, declinar la candidatura no es por ahora una opción. “Que Mauricio no sea candidato sería mostrar que esto fue un fracaso”, remarcaba en la semana uno de los asesores más cercanos de Macri para desacreditar los corrillos.

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Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

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