Vecinos de Zárate -ciudad donde viven los rugbiers- se reunieron este viernes frente a la Municipalidad para pedir justicia por la muerte de Fernando Báez Sosa, que fue asesinado el sábado pasado en Villa Gesell luego de ser atacado a patadas por un grupo de 10 rugbiers, quienes se encuentran detenidos en dos comisarías de la costa atlántica.
Entre los vecinos se encuentra la madre de Pablo Ventura, el joven que fue acusado por los rugbiers como autor material del ataque a Báez Sosa, pero que, según estipuló la Justicia, no estuvo vinculado al ataque, ni estuvo en la ciudad balnearia donde ocurrió el crimen.
Marisa, madre de Ventura, aseguró: “Vinimos a demostrar el apoyo de nuestra familia a la familia de Fernando”. Mientras caminaba por las calles de la ciudad bonaerense le agradeció a la Policía de Villa Gesell y Campana, y a los fiscales que participaron de la primera etapa de la investigación.
“Cuando ocurrió el hecho mi hijo estaba durmiendo en mi casa. Queremos limpiar su nombre también”, sostuvo. Junto a ella marcharon amigos y vecinos de la familia Ventura, que padeció los cuatro días que su hijo estuvo detenido en la DDI de Villa Gesell.
En el segundo día donde se llevó a cabo las ruedas de reconocimiento, Ventura no fue señalado por ninguno de los testigos. En cambio, Máximiliano Thomsen y Ciro Pertossi, los rugbiers que están imputados como coautores del homicidio, volvieron a ser reconocidos por su participación en el hecho.
Los vecinos también reclamaron que el intendente local, Osvaldo Caffaro, se exprese públicamente sobre tragedia en la que quedaron involucrados diez ciudadanos de Zárate. “El intendente ni apareció, no dio la cara, no lo escuché decir nada”, dijo una vecina. El jefe comunal no se expresó públicamente sobre el tema desde que ocurrió el hecho.
Ayer por la tarde vecinos y familiares se reunieron en la puerta de la casa de Báez Sosa para pedir una condena ejemplar para los 10 rugbiers que se encuentran detenidos. La que habló en esa oportunidad fue Graciela, madre del joven asesinado. “Estoy muerta en vida. Mi hijo me da fuerza para que se haga justicia”, afirmó entre lágrimas.
“Quiero justicia por mi hijo. Era servicial y luchador. Amaba la vida, nos amaba a nosotros. Confío en que se haga justicia”, expresó en la puerta del domicilio, donde la acompañaron cientos de personas y le prometieron estar cerca de ella en el proceso de judicial.
Pocos días atrás turistas y vecinos de Villa Gesell habían protagonizaron una marcha con velas que depositaron frente al boliche Le Brique, donde estaban los rugbiers y Báez Sosa antes del crimen.
(Fotos Nicolás Stulberg)
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