Solicitantes de asilo en la estación de autobuses de San Antonio, Texas. (Callaghan O’Hare para The New York Times)
Solicitantes de asilo en la estación de autobuses de San Antonio, Texas. (Callaghan O’Hare para The New York Times)

Viajaron miles de kilómetros soportando condiciones peligrosas, y en ocasiones inimaginables, en sus travesías. Huyeron de la violencia doméstica, las pandillas, la oposición política y las leyes que convirtieron sus vidas en una experiencia insoportable.

Los migrantes que han llegado a la frontera sur de Estados Unidos dicen haber huido de condiciones opresivas en sus países de origen. Hoy, más de 800.000 esperan por un procedimiento de asilo que podría ser el inicio de su camino hacia la ciudadanía estadounidense.

Pero esta semana, en un memorando, el presidente Donald Trump ordenó cambios radicales en el proceso de solicitud de asilo, un sistema ya de por sí complicado en el cual los solicitantes suelen esperar años para que sus casos se decidan debido al retraso en los tribunales migratorios.

Entre las directrices se establece que quienes entran al país ilegalmente tendrían que hacer un pago para solicitar asilo. Tampoco serían candidatos a obtener permisos de trabajo hasta que sus casos sean escuchados, lo cual Trump dijo que tendría que hacerse en 180 días.

Podrían pasar meses antes de que las medidas, que probablemente serán impugnadas en los tribunales, entren en vigor. Aunque solo a una pequeña cantidad de solicitantes se les otorga el asilo, las órdenes podrían afectar a aquellos con demandas legítimas, según los críticos de las nuevas directrices.

Consultamos a cuatro personas que esperan sus audiencias de asilo sobre cómo ha sido su experiencia en Estados Unidos.

‘Lloré de alegría’

Nombre, edad y país: Wendy, 27 años, El Salvador.

Motivo de asilo: Wendy y su hijo fueron abusados sexualmente por miembros de una pandilla en venganza por la cooperación de su hermano con las autoridades.

Tiempo en Estados Unidos: Tres años.

Permiso de trabajo: Sí.

En 2015, Wendy huyó a Estados Unidos con sus tres hijos, incluyendo su hija de dos meses, después de que ella y su hijo mayor fueron atados y violados por miembros de las pandillas.

Wendy tuvo que someterse a una cirugía reconstructiva anal y su hijo, quien entonces tenía 8 años, quedó seriamente traumatizado. Continúa padeciendo episodios psicóticos y depresión, que lo han llevado a hacerse daño, comentó la mujer. El niño se hizo cortes en la mano con una botella de plástico de refresco. Todavía tiene las cicatrices.

En febrero, un juez migratorio aprobó su caso de asilo, luego de que se completara un examen biométrico. Una vez que ese proceso termine, Wendy y sus tres hijos serán candidatos a que se les otorgue la residencia permanente en Estados Unidos.

“Ay, Dios mío, lloré de alegría. Me sentía tan feliz. Me sentía agradecida”, dijo Wendy, quien pidió que ni su apellido ni el nombre de su hijo se publicaran por temor a que afectara su caso de asilo. “Moriríamos si nos obligan a regresar a El Salvador. Necesitábamos la protección de este país”.

Según las normas migratorias actuales, los solicitantes de asilo tienen derecho a trabajar legalmente en Estados Unidos transcurridos 180 días del lapso en que su solicitud pueda resolverse.

Wendy, quien empaca frutas y verduras, mencionó que trabajar mientras su caso estaba en revisión ha significado poder alimentar a su familia, pagar la renta y costear los medicamentos para su hijo.

Wendy y su hijo mayor en su hogar. (Hannah Yoon/The New York Times)
Wendy y su hijo mayor en su hogar. (Hannah Yoon/The New York Times)

La abogada de Wendy, Eileen Blessinger, mencionó que muchos de sus clientes tendrían que depender de amistades, familiares y de la caridad si se les prohibiera trabajar. La falta de ingresos obstaculiza poder contratar a un abogado, obtener una licencia de conducir y obliga a la gente a trabajar en la economía informal, afirmó.

‘Me siento muy angustiado’

Nombre, edad y país: Mamadou, 41 años, Guinea.

Motivo de asilo: Mamadou era un activista de alto perfil que fue blanco del partido de oposición y su familia sufrió actos de violencia por sus opiniones políticas.

Tiempo en Estados Unidos: Tres años.

Permiso de trabajo: Sí.

Los soldados del gobierno en Guinea, decididos a capturar a Mamadou, vertieron aceite hirviendo sobre su bebé cuando en 2015 fueron a buscarlo en su casa. Mamadou ya estaba en Estados Unidos, donde había solicitado asilo.

Si el caso de este activista que vive en la zona del Bronx se resuelve a su favor, su familia podrá venir con él. No obstante, tres años después de la solicitud su caso todavía no ha sido revisado por un juez.

“Todos los días, cada segundo, temo por la seguridad de mi hijo y mi esposa”, confesó Mamadou, quien pidió que no se divulgara su apellido por temor a que le pase algo a su familia. “Me siento muy angustiado. Ha pasado ya tanto tiempo y la situación en mi país solo está empeorando”.

Su abogada, Carmen Maria Rey, confía en que la solicitud de su cliente está bien fundamentada, solo falta que se adjudique a un juez.

‘Simplemente se volvió una pesadilla’

Nombre, edad y país: Denis Davydov, 32 años, Rusia.

Motivo de asilo: Davydov, que es gay y VIH positivo, salió de su país porque las personas LGBT enfrentan un trato cada vez más represivo en Rusia.

Tiempo en Estados Unidos: 4 años y medio.

Permiso de trabajo:

Davydov reside en San José, California, y ha estado esperando desde la primavera de 2015 a que su caso se resuelva. Hace dos años fue detenido por agentes de aduanas que creyeron que se había quedado más tiempo del permitido por su visa. Estuvo detenido en Miami durante 45 días antes de ser liberado. Su próxima audiencia está programada para julio.

Dejó Rusia porque las personas LGBT enfrentan un trato cada vez más represivo, desde la discriminación diaria en la calle hasta amenazas y golpizas. Mencionó que también batallaba para recibir tratamiento adecuado para su enfermedad.

“En una clínica me dijeron que no podían darme ningún medicamento porque no tenían. Esa fue la gota que derramó el vaso. Fue devastador”, dijo. “De adolescente siempre me cuestionaban y acosaban por ser homosexual. Fui golpeado. Luego comenzaron a aprobarse todas estas leyes. Antes uno podía esconderse, pero ahora en cualquier parte es el tema más popular. Simplemente se volvió una pesadilla”.

Hoy Davydov trabaja como sumiller certificado. “Me hace tan feliz”, comenta. “Es mi sueño”.

‘Estaría pasando hambre’

Nombre, edad y país: María Meza, 40 años, Honduras.

Motivo de asilo: Violencia familiar.

Tiempo en Estados Unidos: Cuatro meses.

Permiso de trabajo: No.

María Meza quería escapar de la violencia en Honduras y decidió viajar al norte con una caravana migrante hasta Tijuana, México, a finales del año pasado.

En diciembre, Meza y dos de sus hijas se encontraban entre los cientos de solicitantes de asilo a los que los agentes de la Patrulla Fronteriza rociaron con gas lacrimógeno cuando se acercaban a la frontera. Los funcionarios dijeron que los oficiales dispararon el gas lacrimógeno porque los migrantes planeaban un ataque.

Una fotografía de Meza y sus niñas pequeñas huyendo de los gases lacrimógenos se hizo viral. Al final, a ella y a sus hijas les permitieron ingresar a Estados Unidos a través del puerto de entrada en Otay Mesa, California, donde solicitaron protección de Estados Unidos con la asistencia de abogados y miembros del Congreso.

Las autoridades migratorias le colocaron a Meza un monitor en el tobillo para rastrear sus movimientos y emitieron una notificación para que compareciera ante los tribunales —en una fecha que no se ha programado todavía— a fin de que pueda solicitar asilo formalmente.

Se ha estado reportando cada dos semanas con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, como se le requirió. Sin embargo, no podrá obtener un permiso de trabajo hasta que su solicitud sea presentada ante un tribunal.

“Le pido a Dios que me dé la oportunidad de pedir asilo”, dijo en una entrevista. Mientras espera, iglesias, sinagogas y organizaciones comunitarias le han dado ayuda financiera. “Sin el apoyo de toda esta gente, estaría pasando hambre”.

*Copyright: c.2019 New York Times News Service

Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

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