Máximo Kirchner y Victoria Donda
Máximo Kirchner y Victoria Donda

Pasadas las 16 comenzó en la Cámara de Diputados la sesión especial por la crisis en Bolivia pedida por la oposición. Si bien horas antes el oficialismo había hecho público un proyecto de resolución en el que diferenciaba su postura de la Casa Rosada, luego, a la hora de debatir, decidió no dar quórum por no ponerse de acuerdo con el Frente de Todos para combinar los dos textos.

Con ese panorama, el PJ logró juntar los 129 diputados necesarios para comenzar la sesión. Recién ahí empezaron a aparecer los primeros legisladores de Cambiemos. Después de izar la bandera y cantar el himno, el presidente del cuerpo, Emilio Monzó, llamó a un cuarto intermedio para definir cómo se desarrollaría la sesión.

En esa reunión se decidió que habría tres proyectos en discusión: el del PJ, el de Cambiemos y el de Evolución, el bloque que lidera Martín Lousteau, de viaje por Mendoza.

El único diputado del oficialismo que apareció estuvo dando vueltas por su banca tras la sesión de las 14 en la que se proclamó a la fórmula ganadora en las elecciones fue Daniel Lipovetzky. Conversó con varios de sus colegas y fue invitado a dar quórum por parte del Frente de Todos, pero al final no se sentó en su banca y se retiró del recinto. Desde el PJ lo llamaban a los gritos, y entre risas.

Daniel Lipovetzky
Daniel Lipovetzky

El primero en hablar fue Felipe Solá, del bloque Red por Argentina, autor de uno de los proyectos del PJ, que marcó la postura de todo el peronismo: “Está claro que en Bolivia se quebró el estado de derecho. El presidente Evo Morales convocó nuevamente a elecciones, corrigiendo errores previos, pero los errores políticos se pagan en las urnas y los éxitos se cobran en las urnas, no en los estrados de la OEA. La oposición [boliviana] convocó a movilizaciones en las calles, que fueron violentas desde el primer momento. Y, además, el nivel de violencia mostró que había una coordinación previa de todos esos movimientos. No existe nada espontáneo en la calle, casi nada”.

Y completó: “La renuncia de Evo Morales es la renuncia de alguien absolutamente condicionado por las circunstancias físicas, no políticas. Si se lee el texto de la renuncia se verá que es el mismo que hubiera escrito con un revólver en la cabeza. Todavía hay gente que afirma que en Bolivia no hubo golpe de Estado. Hay que poner un límite claro y contundente. Si hoy no lo hiciéramos, avalaríamos la violencia y la violación de los derechos humanos en un país hermano y la persecución de representantes del pueblo”.

Felipe Solá
Felipe Solá

Quien le respondió de Cambiemos fue el radical Suárez Lastra: “Me resisto a la discusión semiótica. Si le queremos llamar golpe, llamémosle golpe. Creo que es un golpe. Pero llamemos a las cosas por su nombre: Solá habla de errores prácticos en el comicio. Eso se llama fraude y es un robo a la soberanía del pueblo”.

“Debemos convocar a los representantes legítimos del pueblo de Bolivia en la Asamblea Legislativa a elecciones limpias y transparentes, desde la autoridad y la convicción que tenemos los argentinos, como líderes en la recuperación democrática de América Latina”, agregó el diputado.

Nicolás Del Caño, del Frente de Izquierda
Nicolás Del Caño, del Frente de Izquierda

A medida que transcurría la sesión, los bloques no lograron llegar a un acuerdo y fue quedando claro que el peronismo lograría aprobar su documento en repudio al “golpe de Estado”. Cambiemos se encaminaba a abstenerse en la votación del texto del PJ. Aunque había un debate interno en el seno del bloque de la UCR, que había logrado ir más allá de la postura oficial de la Casa Rosada en la redacción del proyecto.

De hecho, la reunión del interbloque de Cambiemos de este martes fue inusualmente larga, confiaron fuentes parlamentarias. Duró 3 horas. Hubo intercambios con el Poder Ejecutivo y con el Senado, que debatía la crisis en Bolivia en simultáneo a la Cámara baja.

En el oficialismo hubo fisuras durante toda la tarde. El discurso de Lipovetzky, pasadas las 19, fue un signo de ese quiebre: mientras repudiaba enérgicamente el “golpe de estado” -“no hay ninguna duda al respecto”, resaltó-, Álvaro Gónzalez, el presidente de su bancada, la del PRO, conversaba con otro legislador y le daba la espalda al diputado, cuya postura respecto a la crisis boliviana fue remarcada en estos días por el propio Alberto Fernández.

En principio, el peronismo y el frente de Izquierda habían presentado seis proyectos diferentes para tratar durante la sesión especial a la que convocaron. Uno impulsado por el presidente del bloque Frente para la Victoria-PJ, Agustín Rossi; otro por Felipe Solá y el bloque Red x Argentina; un tercero que presentó el diputado de San Luis Andrés Vallone; uno presentado por Cecilia Moreau, del Frente Renovador, y dos que presentaron los legisladores de la izquierda, Nicolás Del Caño y Romina Del Plá.

Las diferentes patas que tiene el Frente de Todos trabajaron durante la tarde del martes en la redacción de un solo proyecto en el dejarán constancia que en Bolivia hubo un “golpe de Estado” y que reclaman “el restablecimiento del orden constitucional”.

Agustín Rossi y Axel Kicillof
Agustín Rossi y Axel Kicillof

Por su parte, Cambiemos sorprendió previo a la sesión tomando distancia de la postura de la Casa Rosada y en su proyecto repudiaron “los ataques contra el sistema democrático” en Bolivia y calificaron como “condenables” las intervenciones policiales y militares en el proceso político.

“La América Latina durante décadas se ha caracterizado por la reiteración de golpes de Estado que instauraron regímenes dictatoriales. Esta situación que hace más de 30 años empezamos a superar, con la Argentina a la vanguardia, nos compele como Congreso de la Nación a expresar que nunca más la región debe volver al camino de los golpes de Estado. Debemos expresar nuestro enfático repudio al más mínimo atisbo de que estamos frente a esta situación”, sentenciaron.

FOTOS: Adrián Escandar y Maximiliano Luna

Fuente: Infobae Fecha:

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