“Solo existen tres deportes: los toros, las carreras de coches y el montañismo”, aseguró sin ponerse colorado Ernest Hemingway. Esa frase, sin embargo, tiene algo de cierto y es que los deportes -más allá de su institucionalización y sus reglas- son algo que se sienten o no. Y a la hora de aprender un poco más sobre ellos, los libros siempre son un buen regalo para la pasión.
Un grito de multitudes
Cantar en los estadios es una forma de entrar en comunión con miles de hinchas como lo demuestra Una pelota redonda: Los himnos de fútbol (Lepoto Lazar Cosmo, 2018) que recorre los cánticos de tribunas en Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, España, Colombia y otros.
Las canchas también están llenas de relatos y deseos. Así lo demuestra Gustavo Gravia en la novela Capangas a la cancha (Penguin Random House, 2019), que es sobre un sociólogo que asegura tener la solución para poner fin a la violencia en el fútbol, un flagelo que en pleno siglo XXI sigue empañando los eventos multitudinarios.
También hay libros para todas las camisetas o casacas: desde Boca, Racing y River en Argentina hasta La Fórmula Real Madrid (Planeta, 2016) o líderes futbolísticos como Lionel Messi y el secreto de Barcelona.
Los padres no sólo viven de fútbol
También están aquellos papás que disfrutan de otros deportes como el tenis, basquet o el running y quienes se interesan un poco más por estar informados sobre los nuevos reglamentos, tecnologías y sistemas de dopajes como así también sobre la ética deportiva, como plantea José Luis Pérez Triviño en un ensayo que recorre los cambios que han tenido lugar en el mundo del deporte, donde los cuerpos pasan a estar invadidos por nuevas disciplinas que exceden a los entrenamientos e incluso llegan a invadir ¡las mentes!
El boxeo también es uno de los deportes que generan no solo fascinación sino también grandes historias. “Un bistec”, de Jack London, es quizás el mejor relato que se haya escrito sobre boxeo. Incluso las palabras del polémico Mike Tyson pueden provocar una nueva mirada dentro y fuera del ring.
Ejercitar la mente
También están aquellos padres que gustan de apreciar de los deportes, pero no desde la acción sino a través de la reflexión sobre los mismos. Para ellos un poco de poesía deportiva o, por qué no, una guía para jugar al ajedrez y ser un verdadero estratega.
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