Para el Fondo Monetario Internacional, en Argentina la “recuperación económica ya empezó”. Alejandro Werner, director para el hemisferio occidental del FMI, y Roberto Cardarelli, jefe de la misión técnica que viaja cada tres meses a revisar los números a la Argentina, recibieron a Clarín y otros corresponsales argentinos en Washington y defendieron el funcionamiento de la banda de flotación cambiaria. Señalaron, además, que no están esperando un declive de la inflación “en los próximos dos o tres meses. Va a ser un proceso gradual”.

– ¿Preocupa al Fondo que el riesgo país sea récord estos días?

– Roberto Cardarelli (jefe de la misión técnica del FMI con Argentina): No es un buen indicador. Aumentó un poquito porque tiene que ver con los factores domésticos. La inflación fue más alta de lo que todos estaban esperando. Hay preocupaciones del impacto de la inflación en la recuperación de la actividad económica. Creo que es demasiado temprano para decir que una mayor inflación va a impactar en las perspectivas de recuperación pero se empiezan a escuchar preocupaciones. Las condiciones financieras externas siguen siendo relativamente favorables, pero menos de lo que eran en enero para la Argentina. Yo creo que es demasiado temprano para decir que esto es por el ciclo electoral.

– Alejandro Werner ( director para el hemisferio occidental del FMI): Se han visto señales contradictorias. El martes hubo una licitación de un bono gubernamental, de un plazo que cruza la fecha de las elecciones, que salió de acuerdo a lo esperado. Estamos viendo el inicio del año con noticias contradictorias en el ámbito inflacionario, con un desempeño en los precios peor del que habíamos anticipado. Hemos visto ciertas noticias un poco más favorables, todo esto también generó un repricing en los mercados, en el tipo de cambio, reflejando esta mayor inflación esperada. Pero, por otro lado, hemos visto cierta normalización en el comportamiento de estos mercados a nuevos niveles. Por el lado de la aplicación de las políticas macroeconómicas, tanto fiscal como monetarias, hemos visto noticias buenas como el cumplimiento de los objetivos que se había planteado el gobierno. También hemos visto una situación en las subastas de deuda tanto del Banco Central como del Gobierno que fueron favorables. Estamos viendo señales contradictorias, lo cual es común en un entorno económico tan complejo y que también se ve influido por el entorno político y electoral en la Argentina.

– ¿La zona de no intervención funciona de acuerdo con las expectativas?

RC: Yo creo que sí. Reaccionó como estábamos esperando. La inflación fue la novedad, mayor de lo esperado y probablemente causó una mayor volatilidad en el tipo de cambio. La tasa de interés aumentó como era previsible como efecto de una mayor depreciación del peso y el peso se estabilizó cerca del medio de la banda.

AW: Creo que hasta ahora funciona de acuerdo al diseño. Lo que nadie hubiese esperado aquí es que el tipo de cambio estuviera en la zona de no intervención todo el tiempo. Un tipo de cambio flexible con estas zonas de intervención y no intervención, tiene que reflejar los choques que recibe la economía.

– ¿Están dispuestos a aceptar modificaciones al esquema?

AW: Descartar modificaciones en escenarios económicos que hoy no estamos contemplando pero que pueden materializarse sería irresponsable. Claramente, hay un valor muy importante que se mantengan las reglas que se establecieron y funcionan. Si las reglas se cambian cada trimestre, entonces los agentes económicos no saben cuáles regirán en los próximos tres meses. En ese sentido, tiene un valor importante porque sobre todo han estado funcionando de manera apropiada.

– ¿No hay un Plan B en el caso de que ocurra otra escapada del dólar?

W: Yo no le llamaría escapada, sí un movimiento de un tipo de cambio flexible en un régimen de flotación dentro de una economía que atraviesa una situación nominal complicada, esto quiere decir tener una inflación de 50%. Esperar movimientos en el tipo de cambio peso-dólar como los de Chile, no. En la Argentina, el movimiento del dólar va a ser más amplio, sobre todo cuando hay revisiones importantes en las variables nominales y, en ese sentido, nuestro sentimiento es que este sistema funciona tan bien como se puede esperar en una economía con los problemas que tiene. Pero claramente hoy, dados los escenarios que se están anticipando, creemos que este esquema cambiario y monetario es el apropiado.

-¿Alcanza con la política monetaria para bajar la inflación o ya es hora de poner otras medidas en el menú?

C: La política monetaria es condición necesaria, pero en el corto plazo podría no serlo para un declive muy rápido de la inflación. Nunca esperamos que la política monetaria sea una vara mágica aunque estamos esperando un declive de la inflación en los próximos dos o tres meses. Va a ser un proceso gradual que va a requerir necesariamente estabilidad macroeconómica, estabilidad de política monetaria, estabilidad de política fiscal. Esto va a crear el contexto macro que va a permitir las expectativas de los operadores que fijan los salarios y los precios.

-¿Qué puede hacer el Gobierno para reactivar el consumo sin incumplir las pautas del FMI?

C: El espacio es el espacio del programa. La mayor contribución que se puede dar para la recuperación económica es la estabilidad de la política macroeconómica y el cumplimiento de las metas que las autoridades han fijado. En el programa, en el lado fiscal, tenemos ese espacio para mayor gasto social y de infraestructura. Es un espacio del 0,5% del PBI que creo que las autoridades pueden disfrutar. Yo creo que lo van a hacer. Se debe seguir aplicando el marco de política monetaria que han anunciado y esta es la mejor contribución que se puede hacer. No creo que haya muchas otras soluciones. La recuperación económica ya empezó. El primer trimestre podría ser positivo, con la recesión que ya ha terminado. El segundo trimestre casi seguramente va a ser positivo y para nosotros la segunda mitad del año va a ser positiva también. Vamos a ver cuál será el impacto de la mayor inflación, pero no creo que vaya a ser tan fuerte para interrumpir la recuperación, por lo menos en la segunda mitad del año. Claro que no será una recuperación espectacular, sino que será gradual y más débil comparada con los niveles de recuperación económica del pasado porque la política macroeconómica es cautelosa.

-Se habla de la posibilidad de extender el crédito. ¿Es algo que se está evaluando?

W: Nadie ha hecho ese planteo. Obviamente, el Gobierno argentino ha sido muy claro en el cumplimiento y en su compromiso con el programa actual y al menos frente a nosotros nunca hemos oído ese planteo.

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