Que sea ley es el primer documental de Juan Solanas, hijo del senador y mítico cineasta Fernando Pino Solanas. Será el única película que representará a la Argentina en la 72° edición del Festival de Cannes, que se desarrollará entre el 14 y el 25 de mayo. En una charla con Infobae Cultura, Solanas aseguró que eligió no ubicarse en un lugar neutro sino en defensa de los derechos de la mujer a poder decidir sobre sus cuerpos.
-¿Cuál fue su primer contacto con el tema del aborto en la Argentina?
– Viví 37 años en Francia, pero nací y me crié en la Argentina. Siempre estoy muy atento a lo que pasa allá. Cuando me enteré por el año 2002 que el aborto seguía siendo ilegal, pensé que era un chiste. Me pareció un delirio ya que en el país donde vivía hacía ya bastantes décadas que era legal. El tema me impactó tanto, al punto que en el primer largo, Nordeste, narro desde la ficción la historia de dos mujeres que enfrentan un aborto clandestino. Es una temática que sigo porque no me entra en la cabeza. Apenas supe que había una posibilidad de saliera la ley, la seguí muy de cerca. Concretamente, el 14 de junio a la noche, me puse el despertador a la madrugada para escuchar en directo los argumentos de los Diputados. Me puso muy feliz, yo estaba en Montevideo -donde vivo- y decidí venir a la Argentina a registrar ese momento histórico. Me enganché enseguida con las chicas que la estaban peleando en la calle. Me quedé haciendo entrevistas con referentes, senadores, etc. Lo hacía sin saber que iba a terminar en una película. Me parecía importante que quedara un registro sobre todo porque las primeras semanas después del voto uno creía que iba a salir la ley.
-¿Cuándo se dio cuenta de que todo ese material se convertiría en un documental?
-La noche de la votación de Senadores. Estuve bajo la lluvia filmando y cuando no salió me quedó clarísimo que esto se tenía que convertir en una película. A partir de ahí, estuve casi nueve meses filmando. Me hice cuatro mil kilómetros en auto pasando por Jujuy, Santiago del Estero, Tucumán, Córdoba y entre otras provincias. Quise mostrar la realidad. Aquellos que dicen salvar las dos vidas tienen una postura irresponsable y ligera cuando tenés en frente tanto dolor y muerte. Entre los testimonios que recogí están los de la mamá de Ana María Acevedo, el de Belén o del movimiento “Las Criadas”, organizado por “Periodistas Argentinas” . Dejé que la realidad se imponga. En ningún momento aparece mi voz ni se me escucha haciendo las preguntas, tampoco le insistí a nadie para que participe, si se daba, se daba. Es la cámara filmando, se trata de un documento muy visual.
– ¿Qué diferencias notaste de la realidad que se vive en la Ciudad de Buenos Aires a la de otras ciudades del país?
– Es una lucha muy dura en general. Si además estás en Tucumán o en Jujuy es doblemente más duro. Las chicas que luchan para que salga la ley son increíbles y tienen unos ovarios descomunales. Fue muy crudo escuchar todas estas historias imposibles de imaginar. Aplique una especie de dogma: lo que se me presentó lo filmé. Una de las cosas que me cuidé mucho fue no hacer ningún tipo de bajada de línea. Solo ofrecí la cámara para que la que sufrió esto tenga una ventana hacia el mundo y diga su verdad. No hice ningún tipo de casting. Me iban llegando los casos.
– ¿Cómo fue el proceso de filmación?
– El 95% del registro lo hice solo con la cámara. Hubo varias razones: una es que fue a pulmón absoluto, no tuve el apoyo de nadie. Entonces no había manera de entrar en un esquema de producción. Por otro lado, al estar sólo, se generaba mucha más intimidad para hacer que alguien entre en confianza y te cuente algo que en todos los casos es muy difícil y doloroso. Es diferente cuando filmás con un equipo tradicional, con luces, micrófonos, sonidistas. Fue mucho más fácil para alguien que no está acostumbrado a hablar frente a una cámara. Me llamaban y yo iba con mi mochila y mi trípode.
-¿Qué sensaciones se te cruzan al presentar la película en Cannes?
– Estar en Cannes es un milagro siempre. Vos te presentás con toda la ilusión pero de ahí a quedar seleccionado hay un abismo. Es una gran alegría. No lo esperaba porque es un documental totalmente político. Ahora, le puse toda la garra del mundo para terminarlo y llegar en tiempo y forma. Además, digo que es milagroso porque llegué sobre la hora de cierre a entregar el work in progress. Soy ateo pero supongo que si Dios existe es verde.
-¿Cómo te sentiste en tu primera experiencia en un documental?
– Soy bastante imaginativo por esa razón siempre me volqué a la ficción. No fue algo planeado, fue más bien impulsivo, cuando salió la votación de diputados me emocioné y supe que debía estar allí con la cámara. Tiene que ser ley y en lo que yo pueda contribuir voy a hacerlo. Por eso me da mucha alegría lo de Cannes porque es una ventana extraordinaria, es una de las cajas de resonancia más potentes que hay. Toda la prensa pone su vista ahí. En este caso, que la película que represente a la Argentina en la selección oficial sea una película absolutamente militante y furiosamente verde me da una enorme satisfacción.
-¿Tenés pensado un recorrido después de Cannes?
– Todavía no, lo de Cannes me sorprendió. Me parece extraordinario. Después haré todo lo posible para que se ve y llegue a la mayor cantidad de personas. Además yo quiero que se vea en toda Latinoamérica, donde hay 300 millones de mujeres que tienen prohibido abortar. Además, como todo es clandestino es muy difícil de contabilizar. Voy a tratar que vayan mujeres del movimiento a hablar a Cannes que es una vidriera al mundo. Hay que hacer un pañuelazo allá. Hay que aprovechar ya que el 28 de mayo se presenta de vuelta el proyecto de ley y en Cannes vamos a pasarla entre el 15 y el 25, me da mucha alegría que se haya alineado todo. Jamás pensé que iba a llegar a presentarlo para el festival por razones de tiempo. Era una picardía no hacerlo ya que iba a ser extraordinario. Esta ley va a salir en algún momento pero si no lo hace pronto van a seguir muriendo un montón de mujeres. Es nefasto que sigamos viviendo así. Siembra mucho dolor, rompe vidas, destruye familias.
-Sos hijo de uno de los documentalistas más reconocidos a nivel mundial, además de ser uno de los senadores más comprometidos en que salga la ley, ¿tuviste alguna charla con él para pensar la película?
– Por supuesto que pudo ver varias veces el montaje. Le encantó la película, ni hablar que llega en época marcada por la coyuntura de las elecciones y sirve para reinstalar el tema, con el cual él está muy comprometido. Para mí, es muy lindo porque en un punto es continuar con su legado. Él arrancó con La hora de los hornos que es un documental que marcó y lanzó el cine militante, no hay facultad de cine en el mundo que no hable de esa película y me da mucho placer como hijo de poder hacer mi aporte. La militancia es algo que viví con mis padres desde muy chico, pensá que nosotros tuvimos que exiliarnos, para mí la vida es política. Yo hago cine y lo que me mueve a la hora de filmar es hacer un contenido tenga un mensaje político. En definitiva, un cineasta es un tipo que cuenta cosa con imágenes nunca me había propuesto hacer un documental y si lo hubiese planeado no hubiese salido tan bien.
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