El gobernador Juan Manuel Urtubey tomó la definición el último fin de semana: atrasar las elecciones de su provincia y celebrar las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la provincia el 6 de octubre próximo y las elecciones generales para el 10 de noviembre.

La determinación fue tras una reunión con la Justicia Electoral salteña -el último viernes- y tras una ronda de conversaciones con su jefe de Gabinete Fernando Yarade, su vicegobernador Miguel Isa, los presidentes de ambas cámaras legislativas y el senador Rodolfo Urtubey, hermano del mandatario.

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Así, en el final de este lunes 15 de abril, Urtubey se lo comunicó a todos los actores locales y terminó de separar a Salta de la fecha nacional, donde solo quedan compartiendo fecha con la elección presidencial las provincias de Buenos Aires, Santa Cruz, Catamarca y la Ciudad de Buenos Aires.

La razón oficial de la separación de las fechas se fundamenta en el lío que se armaría en combinar, al mismo tiempo, la realización de la elección nacional con boleta papel y la provincial, con el sistema electrónico que Salta utiliza desde el año 2009.

En la charla con la Justicia electoral, el gobernador escuchó el siguiente cálculo: al tener que votar en papel (para la elección presidencial y de legisladores nacionales) y en sistema electrónico (para gobernador y cargos provinciales), cada votante necesitaría de 6 a 7 minutos. Eso, multiplicado por los 350 a 380 electores por mesa, el cálculo efectuado por la Justicia Electoral provincial da que se necesitarían más de 17 horas para el sufragio. Esto, imaginando que votará, aproximadamente, el 80% del padrón por ser una elección donde cada ciudadano salteño elige a su intendente, su gobernador y su presidente.

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Esto es, pues en la misma aula, deberían convivir las urnas electrónicas con las listas de papel. Este doble sistema se utilizó en 2017 pero allí, se votó para diputados nacionales y para tres categorías provinciales: senador, diputado y concejal.

“Así se provincializa la elección y ahora, cada uno es cada uno”, deslizó Urtubey a su equipo de confianza tras la decisión individual del gobernador, quien cree que, de este modo, cada referente político deberá definir a quién apoyará en la pelea presidencial que se hará antes de definirse en el nivel local, pues el cierre provincial será una semana después de las PASO.

Esto determinó la suerte de los principales dirigentes salteños que quieren participar de la pelea por la gobernación: Gustavo Sáenz (amigo de Sergio Massa pero que coquetea con Cambiemos nacional), Miguel Isa y Fernando Yarade (funcionarios de Urtubey que buscan ser su sucesión), el radical de familia bodeguera Miguel Nanni, el infaltable Alfredo Olmedo (quien no se definió respecto de la pelea presidencial) el kirchnerista Sergio “Oso” Leavy y hasta el senador Juan Carlos Romero, ex gobernador salteño quien buscará renovar su banca en el Senado nacional.

Así, aparecen las lecturas políticas sobre la medida donde -a priori- muestra un síntoma de debilidad ante un escenario reñido en el peronismo alternativo y frente a una elección nacional hoy polarizada entre Mauricio Macri y Cristina Kirchner.

En el oficialismo provincial, aseguran que, al correr la fecha, la boleta presidencial de Urtubey “debería pesar más que las demás”, en relación a su supuesta buena intención de voto en su territorio; vale recordar que el esposo de Isabel Macedo participará de las PASO presidenciales de “Alternativa Federal” junto a Miguel Ángel Pichetto y Sergio Massa, donde persisten las dudas sobre qué hará el economista Roberto Lavagna y donde talla el gobernador cordobés Juan Schiaretti

Quienes critican al actual gobernador salteño, señalan que Urtubey modificó la fecha de la elección provincial para no quedar debilitado -tras las PASO nacionales- y que su candidato (sea Isa o Yarade) pierda el territorio que está en manos de Urtubey y el peronismo no romerista desde el año 2007.

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Otro elemento en la consideración de los jugadores locales (Olmedo, Romero, Gustavo Sáenz) es la imagen e intención de voto del presidente Mauricio Macri en la provincia norteña. Los números que manejan en la gobernación -y que comparten los dirigentes recién nombrados- mantienen al líder nacional de Cambiemos con un 8% de intención de voto y un 82% imagen negativa.

En Salta, Cristina mantiene un 30% de intención de voto, algo que también entra en la evaluación de Urtubey, hoy un fuerte crítico a cualquier acuerdo del peronismo alternativo con las huestes kirchneristas.

PDL

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