La presentación parecía ser la de una noche más del Bailando 2019, con la novedad de que sería una gala de eliminación. Con la cortina musical sonando bien alto, Marcelo Tinelli adelantaba lo que sucedería en el programa cuando Larry de Clay se acercó sigilosamente desde un costado. Y comenzó el juego esperado por todos: el clásico ida y vuelta del conductor -fanático y vicepresidente de San Lorenzo– y el humorista -reconocido hincha de Boca-.
“Le llevamos ocho partidos (en el historial), no existen. Se meten todos atrás, ese equipo picapiedras… ¡Basta, por Dios!”, buscó defenderse Tinelli, y asestó, en referencia al esperado duelo por la Copa Libertadores: “Llegan a perder con River y van a salir nadando por el Riachuelo”. De Clay lo llevó al plano personal. “Lo que yo digo, ocurre”, le remarcó, en clara referencia a su vaticinio: anticipó que Lisandro López marcaría un gol en el clásico entre Boca y San Lorenzo, en el Nuevo Gasómetro. Y así sucedió.
El pálpito adquiere valor porque el defensor xeneize es el novio de Micaela Tinelli, es decir, yerno de Marcelo. “Primero le voy a preguntar: la familia, ¿bien?”, le guiñó un ojo el humorista, ante la sonrisa de un Tinelli que, cómplice, preguntó a quienes estaban detrás: “¿Qué pasa? ¿Por qué se ríen así?”. “No LaFlia, la productora, sino la familia…”.
“Yo adivino el futuro”, insistió el actor, tomándole la palma de la mano, como si fuera a leer su destino: “Dice que tenés unas ganas de pegarme un boleo en el traste…”, rió De Clay. Tinelli contó entonces que Leandro Paredes, el ex Boca e integrante de la Selección argentina que hoy juega en el París Saint Germain de Neymar, le escribió diciendo que seguiría desde Francia el programa solo para ver la gastada de Larry. “Es buen pibe Leandro, ¿pero puede ser que mete el gol Boca, (Jan) Hurtado, y me manda el video? Lo estaba viendo el partido, Leandro”, dijo Marcelo, cómplice, y siempre afín al folclore futbolero.
Tinelli buscó cerrar el intercambio futbolero con De Clay: “Y el otro gol, ¿un cabezazo de Licha López?”, fue todo lo que dijo sobre su yerno, quien celebró su gol en un gesto desafiante (cuanto menos): besó el escudo de Boca frente a la parcialidad de San Lorenzo. Y quedó la pregunta flotando en el estudio de ShowMatch: ¿cómo será recibido en el próximo encuentro familiar?
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