A pesar de la intensa lluvia, decenas de miles de personas volvieron a darse cita este martes en Hong Kong en la vigilia anual para recordar el trigésimo aniversario de la matanza de Tiananmen, en un claro desafío a Beijing, al ser la mayor protesta contra el régimen chino que se lleva a cabo dentro de su territorio.
Treinta años después, los habitantes de la Perla de Oriente se reunieron para encender velas y conmemorar así a los que murieron por sus ideales de libertad y democracia en un Beijing que, por el contrario, hoy guardó absoluto silencio.
Este año, la participación en la vigilia se ha visto reforzada ante el rechazo al proyecto de ley de extradición, que de aprobarse permitiría que el jefe del ejecutivo y los tribunales locales tramitaran las solicitudes de extradición sin supervisión legislativa.
El proyecto podría llegar a una votación final antes de que finalice el actual período legislativo en julio y ha traído mucha polémica ante la preocupación de que los residentes sean extraditados al continente.
“La masacre y el proyecto de ley de extradición están relacionados, ya que ambos son intentos de Beijing de acabar con la disidencia”, afirma el veterano activista Lee Cheuk-yan.
Grandes pancartas con los lemas “No olvidéis”, “Revertir el veredicto del 4 de junio” y “Acabar con el régimen dictatorial” colgaban un año mas en el escenario principal del parque Victoria de Hong Kong, que desde hace 30 años acoge esta protesta, convocada por la Alianza de Hong Kong en Apoyo a los Movimientos Democráticos Patrióticos de China.
“Debemos hablar en nombre de los indefensos que han sido silenciados en China o nos convertiremos en cómplices de la tiranía”, dijo Albert Ho Chun-yan, presidente de la Alianza.
La organización fue formada en 1989 para apoyar a los estudiantes chinos que entonces se alzaron en Pekín contra la corrupción del régimen comunista y en defensa de mayores libertades y fueron reprimidos a la fuerza por el ejército chino tras casi siete semanas de intensas protestas.
Una réplica de la Diosa de la Democracia, que fue erigida en la Plaza de Tiananmen en 1989 y sirvió de monumento de representación de los manifestantes, presidió una vez mas el centro del parque hongkonés, en el que miles de ciudadanos encendieron velas que elevaron al aire para recordar a los muertos en la sangrienta represión militar de Beijing contra el movimiento.
Después de un minuto de silencio, Zhang Xianling, cuyo hijo de 19 años fue asesinado durante la represión, señaló que las luces de las velas han iluminado los corazones de madres de Tiananmen como ella durante los últimos 30 años.
“En esa noche sangrienta, los sonidos de los disparos han permanecido en nuestras mentes para siempre”. El gobierno chino no puede simplemente borrar el derramamiento de sangre calificándolo de “agitación política”, añadió.
Entre los numerosos discursos destacó el de la periodista Mak Ying-ting que fue testigo de cómo los militares chinos disparaban contra civiles en esa fatídica noche de 1989. Acusó al gobierno chino de ignorar la verdad y criticó al ministro de Defensa Wei Fenghe por calificar la represión de “caos político”.
Los organizadores del evento calcularon una participación de unas 180.000 personas, una cifra superior a la de los 115.000 que formaron parte de la vigilia el pasado año, según los convocantes.
