Julián Weich en su llegada a Nueva Zelanda para ver a Jaguares. “El rugby me dejó a mí, pero yo nunca dejé el rugby”, dijo el animador que a los 20 años se retiró en Alumni
Julián Weich en su llegada a Nueva Zelanda para ver a Jaguares. “El rugby me dejó a mí, pero yo nunca dejé el rugby”, dijo el animador que a los 20 años se retiró en Alumni

Casi doscientas personas serán parte de la hinchada argentina en la final ante Crusaders. La mayoría emprendió el largo periplo para cruzar el Pacífico y estar cerca de los Jaguares en el cotejo más importantes de sus vidas. El viaje fue agotador, con casi 20 horas de vuelo y una conexión muy corta entre Auckland y Christchurch, que finalmente perdió a casi todos sus pasajeros.

Entre los primeros en llegar a Nueva Zelanda estuvo Julián Weich; el conductor es embajador de UNICEF en la Argentina y colabora en todo lo que puede para la difusión del rugby. Él empezó jugando en Obras Sanitarias para finalizar el último año en Alumni, cuando no llegaba a los 20 años. “Aunque no lo creas, jugué de hooker y de octavo –risas-. En esa época no había gigantes, no eran tan grandes. Al rugby lo siento como una manera de vivir y de pensar. Es una escuela de valores y me gusta porque tiene impacto social”.

“Los Jaguares son la consecuencia de años de laburo. No es por quitarles mérito a los actuales entrenadores. Pero yo me acuerdo que antes Los Pumas no hacían tries. Y fijate hoy. Nos damos el lujo con Los Pumas o los Jaguares de hacerles tries a los mejores del mundo”, señala Weich. “Estar en la final del Súper Rugby es el fruto del trabajo y la convicción. Está buenísimo y más allá del resultado hay que destacar lo que se hizo para llegar hasta acá”, comenta el conductor.

En ese vuelo NZ 31 de Air New Zealand también estaban el entrenador de Los Pumas, Mario Ledesma, Rodrigo Roncero, ex pilar del seleccionado, Marcelo Rodríguez, presidente de la UAR, y Fernando Rizzi, miembro del Board de Jaguares y secretario de la UAR. También viajaron para alentar a sus compañeros tres jugadores del plantel que quedaron afuera de la final, Joaquín Tuculet, Santiago García Botta y Santiago González Iglesias, que en el Captain’s run ofrecieron una de las postales más emotivas de la fría mañana, cuando se fundieron en un acalorado abrazo con los integrantes del equipo, que los divisaron cuando ingresaban a reconocer el estadio.

Un mate entre dos Pumas, Agustín Pichot y Mario Ledesma tomando mate en el Captain’s run, mientras Jaguares reconocía el campo de juego
Un mate entre dos Pumas, Agustín Pichot y Mario Ledesma tomando mate en el Captain’s run, mientras Jaguares reconocía el campo de juego

Además, había un grupo numeroso de simpatizantes de Hindú, entre ellos parte de la familia del apertura Tito Díaz Bonilla (el papá Diego, el “zorrito” Francisco, ex wing y try-man del Elefante y uno de los hermanos menores, ya que la mamá viajó el día anterior), los padres del entrenador Gonzalo Quesada y parte de la camada 74, la misma que integró Juan de la Cruz “Manasa” Fernández Miranda, uno de los integrantes del staff de Jaguares (entre otros Juan Ostiglia y Juan Zunino), así como el manager del equipo de Don Torcuato Mariano Cailet Bois, habitual espectador en cada viaje del equipo.

También desde Liceo Naval llegó la familia Burton, y Francisco Salse, jugador de San Fernando que estudia en Dunedin y curiosamente luego de unos días de visita en Buenos Aires tenía el pasaje de regreso a las islas y consiguió el boleto para vivir de cerca el partido decisivo.

Gonzalo Quesada saludó a parte de la hinchada “calificada” de Jaguares, sus ex compañeros Mario Ledesma, actual entrenador de Los Pumas, y Rodrigo Roncero
Gonzalo Quesada saludó a parte de la hinchada “calificada” de Jaguares, sus ex compañeros Mario Ledesma, actual entrenador de Los Pumas, y Rodrigo Roncero

Muchos hinchas  tuvieron algunos inconvenientes para llegar a destinos. Tras más de 13 horas y al llegar a Auckland, la conexión a Christchurch resultó traumática. Es que el vuelo NZ 519 de las 7:00 se iba sin la mayoría de sus pasajeros. Corridas, pérdidas de un bolso con documentación de un importante miembro de la delegación, camperas y sweters olvidados, intercambio de pasaportes en el desmadre por intentar estar a tiempo entre una terminal y la otra, distante a unas veinte cuadras. Y lo peor es que todo fue en vano, porque finalmente la aerolínea no esperó a nadie, salió con su pasaje que cerró a las 6:30 y tuvo que rediagramar los vuelos y distribuir a los pasajeros de la conexión para que un rato más tarde pudieran viajar en los cuatro vuelos sucesivos.

El estadio de Crusaders es el Orangetheory Stadium, que tiene capacidad para 18.600 espectadores y está a unos 20 minutos del centro de la ciudad. Construido sobre tribunas tubulares y con un estilo inglés, ocupará toda la capacidad de sus butacas en la tarde del sábado –la madrugada argentina- cuando el sudafricano Jaco Peyper marque el kick-off.

Hasta última hora llegaron argentinos para presenciar la final, como la familia Burton del club Liceo Naval
Hasta última hora llegaron argentinos para presenciar la final, como la familia Burton del club Liceo Naval

El plantel argentino hizo movimientos ligeros, con algunas pruebas de los pateadores a los palos ante una llovizna muy fina que con el correr de la tarde se hizo mucho más fuerte, y llegó a su máxima intensidad en horas de la noche. En el reconocimiento del estadio apareció Agustín Pichot, el vicepresidente de World Rugby que saludó a los jugadores y se quedó conversando con sus antiguos compañeros del seleccionado, Mario Ledesma, Rodrigo Roncero y Eduardo Simone, que vino a comentar el partido para la televisión.

En la previa al trascendental partido se espera un banderazo de aliento a Jaguares para el mediodía del partido de los hinchas argentinos en la puerta del hotel donde concentran como motivo de apoyo antes de la salida del equipo hacia el estadio para jugar la gran final.

Cuando se le consultó por la final, Julián Weich enfatizó: “Más allá del resultado, espero que sea un buen partido. Que no digamos que nos mató el viento, la lluvia o el arbitraje. Yo quiero que terminen los jugadores de Jaguares satisfechos por el partido que hicieron. Que estén conformes por haber cumplido el plan, más allá del resultado. Obviamente, enfrente hay un adversario y todo dependerá de ellos”.

Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

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