En Barcelona, Lionel Messi marca la diferencia dentro y fuera de la cancha. El argentino ha dejado en claro su liderazgo este sábado en la previa y, sobre todo, en el entretiempo del partido ante Napoli por los octavos de final de la Champions League. Con dos arengas ante sus compañeros, la Pulga demostró el peso que tiene sobre el ánimo de sus compañeros.
Antes de comenzar el partido, el rosarino había reunido a sus compañeros en un círculo sobre el césped del Camp Nou y, con mucha tranquilidad, les dedicó algunas palabras. Sin embargo, tras un primer tiempo con muchas incidencias y polémicas, el fervor se multiplicó en el entretiempo. Antes de salir a jugar el segundo tiempo, las cámaras de la televisión alcanzaron a tomar la arenga de Messi al resto de los jugadores Blaugranas.
“Loco, van a salir fuerte, no seamos pelot…”, advirtió el capitán. “Tenemos dos goles de ventaja, no seamos pelot…, tranquilos”, insistió. Ante estas palabras, el uruguayo Luis Suárez agregó: “No nos metamos en quilo… nosotros mismos”. “Vamos a jugar tranquilos que les hacemos otro”, finalizó Messi, ya concentrado en las acciones del juego.
Este energético consejo a sus compañeros puede estar relacionado a las últimas experiencias del Barcelona en la Champions League, en las que el equipo tenía las series prácticamente en el bolsillo y terminó quedando eliminado de manera inesperada. Ejemplo es la caída ante Liverpool en las semifinales de la edición pasada (los catalanes habían ganado 3-0 en la ida y cayeron por 4-0 en la vuelta) o la derrota ante Roma en los cuartos de final de la temporada 2017-2018 (el Barça se impuso por 4-0 en el primer partido y cayó por 3-0 en el segundo). Ante Napoli, la idea es no correr riesgos.
El rosarino venía de pasar tiempos difíciles en el partido. Justo antes de terminar la primera mitad en el Camp Nou, con el Barça ya en ventaja ante Napoli y encaminándose hacia los cuartos de final de la UEFA Champions League, la Pulga recibió una muy brutal patada dentro del área y no ocultó sus gestos de dolor.
El capitán del elenco blaugrana recibió un duro golpe por parte de Kalidou Koulibaly y quedó tendido sobre el césped, tomándose el tobillo izquierdo con muestras de profundo dolor. El propio Messi, quien no dejaba de renguear, decidió cederle el balón a Luis Suárez para que ejecute el penal.
El artillero uruguayo lo cambió por gol y el cuadro catalán se fue con una buena ventaja en el resultado al descanso. El regreso del capitán de cara al segundo tiempo trajo tranquilidad a Quique Setién y compañía.
Barcelona y Napoli juegan en el Camp Nou el partido de vuelta de los octavos de final de la Champions League. En la ida, disputada antes de la interrupción por la pandemia de coronavirus, empataron 1-1 en el estadio San Paolo del sur italiano. Aquel que avance a los cuartos de final, instancia que se disputará en el marco del Final 8 de Lisboa, se medirá ante el ganador de la llave entre Bayern Munich y Chelsea.
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