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EFE/EPA/SEAN GALLUP / Archivo (SEAN GALLUP / POOL/)

Berlín, 3 feb (EFE).- La gran coalición de la canciller Angela Merkel -apodada “Groko” por su nombre en alemán, Grosse Koalition- entró en la fase final de esta legislatura bajo el dominio de la covid-19 y entre tensiones propias de una pre-campaña, a ocho meses de las elecciones generales.
Las cúpulas de los tres partidos -la Unión Cristianodemócrata (CDU), su hermanada Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD)- se reunieron por primera vez en este año, en un momento crucial para mostrar solidez y perfiles propios.
Los socialdemócratas aspiran a mejoras en las ayudas a la familia, pequeños o medianos empresarios y trabajadores afectados por el cierre de la vida pública. Desde el bloque conservador se insiste en que el regreso a la normalidad depende de la vacuna.
Entre la ciudadanía crece la impaciencia por un parón casi total que empezó en noviembre -y se endureció en diciembre- y la frustración por las demoras en la vacunación.
Merkel promete acelerar el ritmo de vacunación entre el segundo y el tercer trimestre; el SPD achaca fallos estratégicos al titular de Sanidad, Jens Spahn (CDU) y también a la Comisión Europea (CE), presidida por la alemana Ursula von der Leyen, también de la CDU.
Al objetivo reiteradamente declarado de Merkel de ofrecer la vacuna a todo ciudadano que lo desee de aquí a finales del verano -es decir, mediados de septiembre- se le ha visto un tinte electoral.
“El verano meteorológico termina el 21 de septiembre, ese es el marco que podemos plantearnos como realista”, respondió la canciller desde la televisión pública ARD, a la pregunta de si era “casual” la mención a esa fecha, cinco días antes de las elecciones del 26 de ese mes.
LA CANCILLER OMNIPRESENTE
Merkel está siendo todo lo contrario a lo que se esperaría de un líder que prepara su retirada. Insiste, cada vez que se le pregunta, que dejará el puesto al final de la presente legislatura. Pero también deja claro que piensa ejercerlo hasta el último día.
Es el rostro omnipresente en la gestión de la crisis. Desde sus reuniones puntuales con los líderes regionales en que se alivian o endurecen restricciones, hasta sus multiplicadas comparecencias ante los medios o mensajes al ciudadano centradas en la pandemia.
Así será, presumiblemente, hasta la formación del siguiente gobierno -algo que, como los medios alemanes se encargan de recordar tardó seis meses en producirse tras su última reelección en 2017-.
Merkel llevará 16 años como canciller el 22 de noviembre, si es que para entonces sigue siéndolo -la media desde 1980 es de 54 días para formar gobierno en Alemania-.
PULSO ENTRE EL CENTRISTA LASCHET Y EL BÁVARO SÖDER
La primera reunión del año en Cancillería de las cúpulas de la “Groko” se produce unas semanas después de la elección como líder de la CDU del centrista Armin Laschet.
Queda por definir quién será el candidato conservador a la Cancillería, lo que surge por consenso entre la CDU y la CSU. En los medios alemanes se abunda en el pulso entre Laschet y el líder bávaro, Markus Söder, más popular entre el electorado del conjunto del país en buena parte por su gestión de la crisis en su “Land”.
Baviera optó por la línea cautelosa y restrictiva en los momentos más álgidos de la pandemia; Renania del Norte-Westfalia, cuyo gobierno regional lidera Laschet, ha dado bandazos en la lucha contra la covid y acumula retrasos en la campaña de vacunación.
Laschet representa la vía centrista de Merkel. Söder es más carismático, pero tiene en contra su adscripción a un partido mucho más derechista -y menos europeísta- que su hermana mayor, la CDU.
EL EXPERIMENTADO SCHOLZ
Los socios socialdemócratas tienen el dilema de la candidatura resuelto desde agosto de 2020. El elegido fue el ministro de Finanzas y vicecanciller de la “Groko”, Olaf Scholz. Fue designado meses después de su derrota en la lucha por presidir el partido por un tándem considerado sin opciones, Saskia Esken y Norbert Walter-Borjans.
A Scholz le favorece su carácter moderado y su experiencia de gobierno, aunque hoy por hoy las encuestas sitúan al SPD en el tercer puesto en intención de voto, tras la CDU/CSU y los Verdes.
El vicecanciller se ha permitido ya algunas declaraciones que le apartan de la línea de Merkel, como el reproche a la CE de Von der Leyen -exmiembro de la “Groko”, como ministra de Defensa- de no haber comprado “antes” y “más” vacunas. Es decir, de haber dejado que Reino Unido y EEUU se adelantaran a la UE y, con ello, a Alemania.
Scholz lanzó este reproche en su habitual tono moderado. La co-presidenta del SPD, Esken, ha sido mucho más virulenta en sus críticas a Spahn -a quien asimismo se atribuyen aspiraciones a ser el candidato conservador a Cancillería, pese a que su popularidad decreció por el decepcionante arranque de la vacunación.
Gemma Casadevall

Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

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