“Se ha reportado que las fuerzas armadas están listas para echar al Presidente, quizás tan temprano como esta semana“, reporta un cable de la CIA a la presidencia de los Estados Unidos, fechado el 27 de febrero de 1976. Este demuestra lo enterados que estaban del golpe de Estado contra el Gobierno de María Estela Martínez de Perón, “Isabelita”. Golpe que finalmente tuvo lugar casi un mes después, el 24 de marzo de ese año. “Las fuerzas armadas preferirían dejar a los civiles comandar la remoción de la inefectiva Presidente. El congreso argentino, sin embargo, no parece capaz de actuar”, se advierte en otro tramo de la información nueva que traen a la luz las 43.000 hojas contenidas en los nuevos documentos desclasificados por los Estados Unidos y que fueron entregados este viernes al ministro de Justicia Germán Garavano.
El ministro argentino de Justicia, Germán Garavano (d), y el bibliotecario, David S. Ferriero (i), máxima autoridad en la conservación de archivos históricos en EE.UU., muestran la caja y los CDS de los documentos históricos sobre la última dictadura de Argentina este viernes. Foto: EFE/ Lenin Nolly
Estos comienzan en 1975 y fueron organizados con cuidado en una basta presentación que indica: “Resumen y Foco sobre los Orígenes”; otro punto son los “Alcances de la Investigación”; un “Background Histórico”; y “Registro Sensible”.
Por ejemplo, como reportaba este viernes con acceso previo el diario The New York Times, en los nuevos archivos desclasificados se puede leer un memorando del entonces director de la división de la CIA para América Latina, Raymond A. Warren. Con fecha 24 de julio de 1976, Warren advirtió a un supervisor que los planes del escuadrón para “liquidar” a personas bajo sospecha de ser militantes de izquierda en el extranjero “presenta nuevos problemas para la agencia” y que debería haber un debate sobre qué acciones podría tomar Estados Unidos para “impedir actividades ilegales de este tipo”.
Y advirtió que “deben tomarse todas las precauciones para asegurarse de que la agencia no sea acusada injustamente de ser parte de esta actividad”.
El Proyecto de Desclasificación de los Estados Unidos sobre Argentina incluye aquellos abusos derechos humanos cometidos en el país entre 1975 y 1984. Marcos Lohlé, ex funcionario de la cancillería de la gestión anterior, y quien integró la comisión que trabajó sobre todo los documentos desclasificados por los Estados Unidos, 16.000 fojas en la última desclasificación, hasta ahora hubo material que hablaba “sobre la articulación represiva para asesinar opositores” por parte del régimen militar. “También hay pruebas que reflejan el funcionamiento del Plan Cóndor. Papeles con escritos de inteligencia que transmiten acciones criminales sistemáticas.
Por ejemplo según pudo leer un “reporte vespertino”, que figuraba como secreto con fecha 12 de agosto de 1976. Y en este se afirma que los países sudamericanos que habían acordado lanzar tareas de “contraterrorismo en Europa (Argentina, Uruguay y Chile) acordaron suspender el inicio del plan hasta que Brasil decida si participa o no”. Y señala dando luz por primera vez a estos hechos que “Brasil accedió a participar de coordinación en aspectos de inteligencia relacionados con el Cóndor en Sudamérica pero no acuerda con participar en acciones conjuntas en Europa”.Y agrega que sin Brasil, los otros tres no arriesgarían semejante movimiento para secuestrar opositores.
“A la primera gran desclasificación, y entrega de documentos del año 2002, se sumaron luego la prometida por el ex presidente Barack Obama en su visita a nuestro país (en marzo de 2016). Al igual que en desclasificaciones anteriores, centradas en el intercambio comunicacional entre el Departamento de Estado en Washington y su embajada en Buenos Aires, esta vez se incluyen comunicaciones de inteligencia preparadas por la CIA, el FBI y el Ministerio de Defensa, entre otros organismos”. Esa es la diferencia con esta última entrega recibida por Garavano y que estarán a disposición del Archivo Nacional de la Memoria.
The New York Times cuenta con anticipación casos de ejecuciones como las de Marcos Osatinsky, uno de los líderes de Montoneros. Se afirma en estos que los estadounidenses se enteraron de que los oficiales argentinos lo habían torturado y asesinado brutalmente y que mintieron sobre las circunstancias de la muerte. Y además que se deshicieron del cuerpo antes de que pudiera realizarse una autopsia. Escribió en ese entonces el agente del FBI Robert S. Scherrer. “Es dudoso que el cuerpo de Osatinsky llegue a aparecer algún día”
Detalle de algunos de los documentos desclasificados contenidos en los CDs de documentos históricos sobre la última dictadura de Argentina, entregados por el Gobierno estadounidense al argentino. Foto: EFE/Lenin Nolly
Este diario también pudo ver otro informe “vespertino” que afirma que “Terroristas Argentinos fueron Asesinados“, que eran dos altos líderes del Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP). Uno de ellos era Mario Santucho y otro Enrique Merlo. El cable advierte contra una posible venganza terrorista por estas y otras cinco muertes del ERP a manos del Ejército y la policía.
También salen a la luz información nueva sobre el secuestro y asesinato de Jesús Cejas Arias y Crescencio Nicomedes Galañena Hernández, empleados de la embajada de Cuba en Buenos Aires.- Ambos desaparecieron el 9 de agosto de 1976, en un hecho inesperado ya que había una alianza la alianza comercial entre la ex Unión Soviética y el régimen militar generaba una situación tácita de no perseguir a “su gente”.
Por los documentos desclasificados, la CIA también supo sobre el asesinato del embajador argentino en Venezuela, Héctor Hidalgo Solá, en julio de 1977. La agencia de inteligencia supo que fue una operación no sancionada que ejecutaron agentes de inteligencia argentinos que en realidad querían dinero por el secuestrado.
WS