ILUSTRACIÓN - Unos pocos toques de color, por ejemplo con almohadones, pueden renovar la imagen de un ambiente. Foto: Markus Scholz/dpa
ILUSTRACIÓN – Unos pocos toques de color, por ejemplo con almohadones, pueden renovar la imagen de un ambiente. Foto: Markus Scholz/dpa (Markus Scholz/)

Por culpa del coronavirus no hay viajes, ni citas para ir al teatro, ni visitas de amigos. Uno está prácticamente solo en casa y no es de extrañar que algunas personas ya estén hartas de ver sus propias cuatro paredes.

Pero hay pequeñas cosas que pueden marcar la diferencia y en este sentido hay una palabra que es clave: redecorar. “Separe un objeto de otro cada dos metros cuadrados. Puede ser un jarrón o un mueble”, dice la experta alemana en interiorismo Ursula Geismann.

Explica que eso da lugar a nuevas perspectivas y posibilidades de decoración. Muchas personas se sienten más libres cuando las habitaciones dejan de estar tan llenas de objetos.

Reemplace las cosas pequeñas: cuanto más llamativo sea, mayor será el efecto

Si se quiere redecorar la casa, no necesariamente se tiene que gastar mucho dinero en ello. Los pequeños cambios pueden tener un gran impacto como unas flores frescas en la mesa, por ejemplo.

Los objetos que llaman la atención no tienen por qué ser grandes. Las plantas pequeñas en tarros de cristal, por ejemplo, ocupan poco espacio. Los denominados “jardines pequeños” están bastante de moda ahora, explica Geismann.

Pero cuanto más llamativa sea la nueva decoración, más se notará el cambio. “A veces hay que ser valiente y simplemente comprar algo colorido y alegre”, señala Geismann.

Una de las opciones es elegir una nueva funda de cojín en un color brillante o con un diseño llamativo. Después, si uno se harta, se puede volver a cambiar o redecorar rápidamente.

Para los que no les gusta lo llamativo, Doris Thomalla, asesora de decoración en Múnich, recomienda elegir “velas, cojines y un cuenco de un solo color, ya que confiere un efecto armonioso”. Especialmente si se agrupan los colores varias veces, se crea una línea uniforme en la habitación.

Encargarse de los muebles

Hasta el sofá puede verse de forma diferente siguiendo unos sencillos pasos. Solo se tiene que colocar una nueva manta de tacto suave o decorarlo con alguna piel, recomienda Thomalla, quien, sin embargo, desaconseja las fundas de sofás.

“Es cuestión de gustos, por supuesto, pero a menudo las fundas no encajan bien en el sofá”, señala. Entonces, se vería desordenado, apostilla.

Con un poco de empeño se puede conseguir algo más. “Se puede empezar con lo que ya se tiene y reorganizar los muebles, por ejemplo”, señala Geismann, quien ofrece como idea colocar la alfombra de forma diferente, poner la mesa de comedor a lo largo en lugar de en cruz, o colocarla en una nueva esquina.

Si la distribución lo permite, la mesa puede incluso trasladarse a otra habitación. Entonces el salón se convierte en el comedor, señala Geismann, y ya la casa tiene un aspecto completamente diferente.

Las plantas también llaman la atención. Dependiendo de su tamaño, pueden incluso adoptar la función de separador de ambientes, comparable a un biombo o una estantería abierta. Esto permite dividir las habitaciones grandes de forma diferente y separar zonas.

Una vez que los muebles están en su nuevo emplazamiento, también pueden se les puede dar un aspecto diferente. Por ejemplo, los frentes de las cómodas y los armarios se pueden rediseñar fácilmente con nuevos tiradores para las puertas o pomos para los cajones.

También es posible empapelar o repintar los frentes, apunta Geismann. Asimismo, otra opción es dar un nuevo aspecto a las sillas.

No subestimar la luz, el olor y el sonido

El efecto de una habitación no solo depende de los muebles, sino también en gran medida del olor, el sonido y la luz. Geismann pone como ejemplo esa sensación tan agradable que es empezar el día con la música favorita o entrar en un cuarto de baño luminoso que huele agradablemente como una zona de spa.

De este modo, se consigue un bonito cambio en la habitación sustituyendo la habitual luz de techo deslumbrante y distribuyendo por la habitación muchas fuentes de luz pequeñas. “La buena luz es cuando no se ve”, indica Geismann.

Por ejemplo, se pueden instalar tiras LED ocultas en muebles abiertos para obtener una iluminación indirecta. Esto crea un ambiente mucho más agradable y, si es necesario, también define diferentes áreas funcionales en la gran sala de estar, como un rincón de lectura luminoso y una zona de sofás más oscura y acogedora.

Echar un vistazo a las paredes

Diseño eficaz de la pared: empezando por colgar o volver a colgar cuadros. Se puede realizar una composición con muchos motivos pequeños y colgados todos muy juntos, aunque según Geismann, es una forma que tiende a reflejar inquietud. Thomalla aconseja un cuadro grande, que suele aportar calma a la habitación y atrae la mirada.

Un poco más de esfuerzo, pero que puede merecer la pena, es echar mano de una brocha, es decir, de la pintura para paredes o del papel pintado. “Con esto se pueden dar bonitos toques, como por ejemplo colorear una única pared”, señala Geismann.

Es importante, dice, que la pintura de la pared o el papel pintado hagan juego con el sofá, el suelo y el sillón.

A grandes rasgos, se aplica la siguiente regla: el color principal debe aparecer al cincuenta por ciento en la zona, tres colores que combinen al diez por ciento cada uno de ellos y los colores secundarios al veinte por ciento, explica Thomalla.

Los colores claros ensanchan las habitaciones, los más oscuros tienden a hacer más pequeños los espacios.

dpa

Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

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