Sergio Hernández, el entrenador de Argentina, dando indicaciones durante el partido con Serbia (Reuters)
Sergio Hernández, el entrenador de Argentina, dando indicaciones durante el partido con Serbia (Reuters)

El 1 de septiembre de 2006, Argentina perdió en una de las semifinales del Mundial ante España por 75-74. Aquel intento de triple fallado por Andrés Chapu Nocioni quedó instalado para siempre en la memoria colectiva. Era la primera Copa del Mundo en la que Sergio Hernández dirigía al seleccionado argentino y se quedaba en las puertas de la final. Tras el triunfo de los españoles, que dos días después se consagrarían campeones, el entrenador José Vicente Pepu Hernández lloraba desconsolado. Oveja interpretó que el llanto de su colega se debía a la emoción por la victoria. Lo que el entrenador argentino desconocía, al igual que los jugadores españoles, es que el padre del coach de España había fallecido unas horas antes del trascendental partido. Los dos entrenadores se reencontraron un año después durante el Final Four de la Euroliga. Allí, el europeo le comentó al argentino que gracias al éxito en el Mundial de Japón, él había sido elegido como el hombre del año en su país y que a partir de eso se dedicaba a dar conferencias por las las que cobraba muchísimo dinero. Por su parte, el bahiense continuaba su primer ciclo como entrenador de Argentina.

Trece años después, mientras Pepu fue candidato a la Alcaldía de Madrid por el PSOE, Oveja vuelve a las semifinales de un Mundial, en el tercero que está al frente del seleccionado argentino. “Cuando estás en el lío ni lo pensás, creo que ni te das cuenta, como yo no me di cuenta en Japón de que habíamos jugado una semifinal. Estás metido en la vorágine. Si me lo pongo a pensar, es muy fuerte porque la mayoría de mis colegas tienen un nivel altísimo. No puedo disfrutar de un Mundial. Yo no solo hice tres mundiales como entrenador principal, sino que voy a estar en dos semifinales y llegué a un quinto puesto“, dijo Hernández. Y luego agregó a manera de broma: “Debo ser bueno, ¿no?”.

Sergio Hernández habló con Gabriel Deck en la práctica previa al choque con Francia

Si bien Sergio Hernández no pudo subirse al podio en un Mundial, sí lo hizo en unos Juegos Olímpicos. Al igual que en 2008, el Wukesong Arena de Beijing será el escenario de este compromiso trascendental ante Francia. Y esta ciudad también fue testigo del inicio del ciclo de Oveja como entrenador de la selección nacional, en la Copa Stankovic 2005. “Acá empezó todo para mí. En este estadio y en el hotel en el que estamos. También acá obtuvimos la medalla de bronce. Son muchas cosas importantes”, afirmó.

A diferencia de la situación en la que arribaba el equipo de la Generación Dorada a aquel encuentro frente a España, este seleccionado argentino no llega como favorito a la semifinal ante Francia. “En esa semifinal, la presión estaba compartida entre Argentina y España. Junto con Estados Unidos, éramos los tres candidatos a ser campeones del mundo. Si bien llegamos invictos al igual que ahora, aquella vez era más lógico. En cambio acá fue más sorpresivo, con un equipo con menos experiencia a nivel grupo. El seleccionado de 2006 venía de ser medalla de oro en Atenas y antes subcampeón mundial. Era una situación normal la que estaban viviendo, en cambio este grupo lo toma con otra dinámica”, analizó Hernández.

Facundo Campazzo y Nicolás Laprovittola, dos de los bases del plantel argentino

Al entrenador esta instancia también lo encuentra con un rodaje distinto. Su récord en partidos mundialistas se eleva a 20 triunfos y solo 4 derrotas. Así comparó sus dos accesos a semifinales: “En su momento tuve la habilidad de apoyarme en el conocimiento que los jugadores tenían de España porque varios de ellos eran compañeros de mis jugadores. Ahora la experiencia se busca en mí como entrenador porque llevo muchos años en esto y me da la sensación de que tengo más ascendencia en el equipo de la que tenía en 2006″.

Francia viene de dejar en el camino a Estados Unidos y, al igual que Argentina, llega con el ánimo en alza. Hernández entregó su radiografía de los franceses: “Es un equipazo. Tiene poder en todas sus líneas. Un gran juego perimetral y también interior. Es un equipo con muy buena defensa, muy inteligente y que mantiene al mismo entrenador hace muchos años. Sabemos que es un rival top, pero hasta ahora hemos sido pocas veces favoritos así que ya estamos acostumbrados”.

Argentina transita las horas previas a un partido histórico y Hernández no transmite tensión ni nerviosismo. El coach irradia calma: “Hay días que son más estresantes porque se definen un montón de cosas. Cuando jugamos con Venezuela fue muy especial porque nos asegurábamos de no estar obligados a ganarle a Polonia. Después también fue clave el juego contra Polonia, y luego vino lo de Serbia. Siempre hay algún motivo para estar con cierto estrés y yo lo celebro. No quiero estar demasiado tranquilo y no me gustaría estarlo a las puertas de una semifinal porque eso indicaría que hay un conformismo que yo no quiero que exista”.

Con esa idea de no conformarse con lo ya conseguido, el entrenador argentino cerró el entrenamiento con un mensaje bien claro hacia sus jugadores durante la ya clásica ronda de aplausos: “Vamos por la final del mundo”.

MÁS SOBRE ESTE TEMA:

Deck: “Sabíamos que podíamos ganarle a Serbia, no le tenemos miedo a nadie”

“Estoy cansado de que me traten de gordito bajito”: el día que Facundo Campazzo hizo un click y siguió los consejos de Manu Ginóbili para convertirse en una estrella mundial

El secreto de Argentina y el error que no deben cometer: el análisis de De Colo, figura de Francia

Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

x
Abrir Chat
Contactanos
Hola
¿En qué podemos ayudarte?