Aparentaba un día especial para Lionel Messi: jugaba por primera vez como titular en la temporada con la camiseta de Barcelona ante Villarreal, luego de la lesión muscular en el sóleo derecho que le impidió realizar la pretemporada con sus compañeros. Además, saltaba al campo de juego del Camp Nou después de haber recibido el premio The Best como mejor jugador de la temporada pasada.
Sin embargo, el físico volvió a jugarle una mala pasada: a los 28 minutos, tras una falta, terminó tendido sobre el césped. Y el cuerpo médico debió atenderlo por un dolor en el aductor izquierdo. Continuó en cancha, con menos actividad, hasta el final de la primera etapa. Pero no volvió a salir en la segunda parte: lo reemplazó Ousmane Dembelé.
El capitán del Barça llevaba dos partidos ingresando desde el banco de suplentes: ante el Borussia Dortmund, por Champions League (0-0 en Alemania) y en la capida 2-0 contra el Granada, por la Liga de España. Ante el Villarreal, comenzó con buen ritmo e incluso asistió a Antoine Griezmann para el 1-0, que el francés firmó de cabeza, luego de un centro preciso.
Se mostró activo, participativo, celebró con un abrazo el gol de Griezmann (tirando por la borda los rumores de una mala relación entre ambos) y buscó enlazar el mediocampo con el ataque. Pero al caer mal en un toque de atrás por parte de un adversario sintió la molestia. Sus gestos de fastidio resultaron evidentes. A los 31′ volvió al campo para probar. Pero el entrenador Ernesto Valverde optó por cuidarlo y sólo lo dejó en el campo de juego 45 minutos.
La temporada pasada, Messi fue el máximo anotador de las ligas europeas al alcanzar las 36 anotaciones. Además, resultó vital para que el elenco culé lograra la Liga de España y llegara a la semifinal de la Champions League, instancia en la que perdió ante el Liverpool, a la postre, el campeón.
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