Belén Chacón (32) denunció que su hermano abusó de ella entre los 6 y los 19 años
Belén Chacón (32) denunció que su hermano abusó de ella entre los 6 y los 19 años

“No le digas nada a papá y a mamá”. Esa frase marcó no solo la infancia de Belén Chacón (32) sino toda su adolescencia y parte de su adultez. Su hermano Pablo le hizo creer a los 6 años que entre ambos tenían un secreto que no debía salir a luz, y que si eso llegaba a pasar nadie le creería. ”Van a pensar que estás loca”, le decía cada vez que ella dudaba de que se trataba de “un juego”.

El “juego” que Pablo proponía, cuando él apenas tenía 8 años, consistía en bajarse los pantalones y masturbarse delante de la mirada inocente de su hermana, que tenía 6 años y no lograba entender lo que estaba haciendo. Eso se repitió innumerables veces hasta que Belén cumplió 11 años.

Como su hermano se encontraba bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico por un principio de autismo, condición que se agravó con el paso del tiempo, Belén trataba de justificar su comportamiento. Pero a medida que el tiempo pasaba, el “juego” iba subiendo de tono.

“Cuando Pablo se masturbaba delante de mí me explicaba cómo hacerlo y luego me pedía que hiciera lo mismo, diciéndome que no se lo debía decir a nadie”, relató la joven a Infobae.

La primera vez que la manoseó ella tenía 13 años y ese recuerdo permanece imborrable: “Fue en el año 2000, durante una noche, cuando mis papás dormían. Mi hermano me despertó, empezó a masturbarse y al ver que no podía eyacular se acercó hasta mi cama y empezó a tocarme la vagina por encima y debajo de la ropa. Me paralicé y empecé a llorar pero Pablo continuó masturbándose a mi lado hasta eyacular”.

Esa misma situación, donde empezó a haber contacto físico, se hizo cada vez más frecuente. “Cada 15 días”, dijo ella. Y con el paso del tiempo, la violencia se incrementó ya que Pablo comenzó a introducirle sus dedos en la vagina llegando, incluso, a lastimarla en varias ocasiones.

Cuando Belén cumplió 16 años y Pablo adquirió la mayoría de edad, ella se dio cuenta de que no era una situación normal que podía darse entre hermanos por lo cual empezó a defenderse de los abusos sexuales. “Le corría las manos para evitar que me tocara pero él intentaba convencerme de que era algo bueno para mí, que me relajara y lo disfrutara”, contó.

Belén recién pudo contarle lo sucedido a su madre cuando cumplió 27 años
Belén recién pudo contarle lo sucedido a su madre cuando cumplió 27 años

Al ver que ya le resultaba difícil persuadirla como cuando era niña pero lejos de intimidarse por la actitud combativa que había adoptado, Pablo redobló la apuesta e intentó violarla cuando ella tenía 19 años. “Ocurrió en el 2006, en una fecha que no puedo precisar con exactitud. Se metió de noche en mi cama, me corrió la ropa interior e intentó penetrarme analmente. Mi reacción fue golpearlo en su pene para que se fuera de la habitación y cuando lo hizo me fui a higienizar al baño. Hasta ese momento no le había contado nada a nadie, ni siquiera a mi padres, por lástima hacia mi hermano”, detalló Belén. “Pablo tenía una condición de salud y sentía que, por ahí, tenía la necesidad de descargarse”, admitió.

Los ataques sexuales se produjeron de manera reiterada desde 1993 (cuando la víctima tenía 6 años y el victimario 8) hasta el año 2006 (cuando tenían 19 y 21 años, respectivamente) aprovechando que ambos vivían en la casa de sus padres. Y fue justamente ese año donde Belén decidió irse a vivir sola y empezó, de a poco, a contarle a su círculo más íntimo el calvario que había sufrido durante esos 13 años.

“Sentía que mi familia era toxicidad pura y al estar lejos de todo me hacía sentir muy contenida. De chica me enseñaron que podían hacerme cualquier cosa con mi cuerpo y que no tenía que decirle nada a nadie. Mi hermano es un ser oscuro, perverso, misógino y sexópata”, señaló.

Con su mamá recién pudo hablar en 2015. “Tenía 27 años y estaba muy desinformada. Pensaba que esos abusos no eran denunciables porque no había habido una violación. Creía que no iba a llegar a nada hasta que empecé a involucrarme con amigas feministas, quienes me impulsaron a hacer la denuncia el 26 de abril de 2018”, recordó Belén, que por ese entonces estaba desocupada y como no podía costear un tratamiento psicológico empezó a atenderse en la Fundación Fortaleza de Quilmes, donde conoció al abogado Paolo Zaniratto que actualmente la representa ad honorem.

La causa judicial

Como el último hecho de abuso sexual ocurrió en 2006 y la denuncia fue en 2018, la causa estuvo al borde de la prescripción. Pero un “fallo ejemplar e inusual” del juez Alejandro Cilleruelo, del Juzgado Nacional de Menores N° 4, hizo que la investigación se reactivara y tras la presentación de “pruebas contundentes” Pablo Chacón fuera procesado el 23 de diciembre por “abuso sexual con acceso carnal en tentativa agravado por el vínculo fraternal existente” y embargado en 250 mil pesos.

Antes de hacer la denuncia, Belén recibió el apoyo del Colectivo “Yo si te creo” y fue parte de la "campaña contra la prescripción de abusos en la infancia"
Antes de hacer la denuncia, Belén recibió el apoyo del Colectivo “Yo si te creo” y fue parte de la “campaña contra la prescripción de abusos en la infancia”

“Lo interesante es el argumento que utilizaron el juez Cilleruelo y la Cámara de Apelaciones para hablar de un delito continuado y no hacer lugar a la prescripción que solicitaba la defensa. Hicieron una interpretación de la ley en favor de la víctima. No tomaron los delitos por separado sino que hablaron de un único delito continuado en el tiempo. Interpretaron que hay una unidad de acción más allá de que no ocurrieron en el mismo tiempo y espacio pero instalaron siempre a la misma víctima y victimario. Esto favoreció la no prescripción”, precisó el letrado.

La Justicia entendió que como Belén no pudo precisar en qué mes de 2006 se produjo el último abuso no puede descartar que haya ocurrido tanto en enero como en diciembre, el último mes de ese año. “Con ese fallo el juez demostró que solo pretende la búsqueda de la verdad. Fue un logro que no me esperaba”, admitió Belén.

Un vez superado el obstáculo de transcripción, la defensa tuvo que aportar los elementos probatorios a la causa. “La clave cuando no hay rastros físicos son los rastros psicológicos. Belén fue citada por el Cuerpo Médico Forense y el peritaje arrojó que todas sus patologías psiquiátricas coinciden con un estado de haber sido abusada reiteradamente en la infancia”, explicó el doctor Zaniratto.

Hoy en día, la joven está medicada y bajo tratamiento por lo que el testimonio de su terapeuta también fue importante para llegar al procesamiento de Pablo Chacón. “Cuando juez analizó las pruebas reunidas le resultaron coherentes. Además de la pericia, la madre y dos personas allegadas a Belén declararon de forma coherente y concordante. Las pruebas fueron concluyentes”, destacó.

Al ser llamada a indagatoria y relevada del deber de confidencialidad (secreto profesional), la Licencia Mailén Burgos dijo que su paciente “cumple con los criterios de trastorno por estrés post traumático por haber sufrido abusos sexuales” y que “su testimonio es consistente, contado con angustia, dificultad, compromiso emocional, vergüenza, asco y culpa temiendo a no ser creída”, según informaron a Infobae fuentes cercanas al expediente.

Belén logró que el caso no prescribiera y que su hermano fuera procesado por "abuso sexual con acceso carnal en tentativa agravado por el vínculo fraternal existente"
Belén logró que el caso no prescribiera y que su hermano fuera procesado por “abuso sexual con acceso carnal en tentativa agravado por el vínculo fraternal existente”

Además, relató que “sufre de estrés post traumático” y que “evidenció ideaciones suicidas, las cuales tuvieron lugar hace pocos meses, en ocasión en la que su hermano no era hallado por la justicia desarrollando en dicha ocasión ataques de pánico, angustia y una fobia relacionada con salir al espacio público sola por temor a que él la encuentre”.

La palabra del acusado

Cuando fue llamado a declarar, Pablo Chacón (34) se mostró ajeno a los hechos que se le imputan y describió a su hermana como una “persona inestable emocionalmente” que se ha querido “quitar la vida en reiteradas ocasiones durante la adolescencia”, informaron fuentes cercanas al expediente.

Y brindó, a su entender, las razones que motivaron a Belén a denunciarlo por abuso sexual. Dijo que la relación paralela que su padre mantenía con otra mujer mientras convivía con su mamá generó “un quiebre en el seno familiar”.

“Una vez separados, el resto de la familia decidió ignorarlo y nunca más tener contacto con él. Justamente unos días antes de que mi hermana radique la presente denuncia, mi padre publicó una foto en las redes sociales en la que yo posaba junto a su nueva pareja. Considero que ello motivó el enojo por parte de mi familia y la denuncia por parte de mi hermana de delitos que nunca existieron”, declaró sin permitir que le hicieran más preguntas al respecto.

Por como viene avanzando la causa, Belén está esperanzada de que su hermano sea condenado. La pena para el delito que se le imputa tiene como máximo 20 años de prisión. “Ya no siente lástima por él. Analicé mucho esta situación, lo que es la justicia real y la justicia interna. Porque él, con lo que me hizo, ya me condenó para toda la vida”, se lamentó Belén.

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Fuente: Infobae Fecha:

Categorías: Noticias

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