Al menos quedaba eso de que los argentinos tenemos uno de los más completos esquemas de vacunación de la región. Pero esta firmeza, para muchos, está tambaleando. Así lo aseguraron desde la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología, donde dicen que, según datos cerrados de 2018 en cinco provincias (Santa Fe, Entre Ríos, Tucumán, Chubut y Buenos Aires) al menos tres vacunas del esquema oficial tuvieron un déficit de distribución del 30%. Son la antimeningocócica, la vacuna contra el HPV y la triple bacteriana acelular. Pero el tema no termina ahí: además de las tres mencionadas, afirman que se están registrando entregas tardías en las partidas de las vacunas antigripal, triple viral, y las que combaten el rotavirus, la hepatitis A y la varicela.
En diálogo con Clarín y en referencia a las supuestas demoras de este año, el secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, negó las acusaciones: “No hubo faltantes críticos. Lo que hubo son inconvenientes multicausales en el último mes, pero todo está prácticamente solucionado”.
¿Cuáles son esos “inconvenientes multicausales”? Rubinstein recordó que la Argentina le compra las vacunas al Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que a su vez le compra a distintos laboratorios fuera del país. Luego las vende a los países de la región a precios convenientes.
El secretario Adolfo Rubinstein dijo que el suministro de vacunas está “prácticamente solucionado”. (Rolando Andrade)
Según Rubinstein, “en algunos casos hubo demoras en la entrega de parte de los propios laboratorios. Sumémosle a esto el tema de la inestabilidad de la paridad. Porque nosotros transferimos dinero que luego se convierte a dólares, al tipo de cambio del día de la transferencia. Si, de golpe, entre que se libera el fondo y llega a la OPS pasan 48 horas, bueno, a veces se nos complica la vida”.
Sin embargo, quiso transmitir tranquilidad: “Ya esta semana se está normalizando cualquier demora. La vacuna antigripal está llegando a todo el país y esta semana, según lo que decidan, las provincias iniciarán sus campañas correspondientes”.
Rubinstein recalcó su preocupación por un tema “tan sensible”, y minimizó las críticas. A sus ojos son de corte político: “Todo esto tiene cierta connotación. Cuando pueden nos pegan. A veces tienen razón y otras veces, no. Con la antigripal, el atraso no supera los diez días”.
¿Cómo funciona el sistema de compra de vacunas? Para las que requeriremos aplicarnos en 2020, este año -más o menos en junio- cada provincia le transmitirá a Nación qué cantidad (y de qué vacunas) necesitará. En septiembre se aprobará cierto presupuesto para cubrir todas esas dosis. Pero las vacunas no llegarán al país todas juntas. En diciembre se comprarán las dosis que se van a distribuir en el primer trimestre… y así el resto del año.
“El presupuesto que se aprobó en 2017 para comprar vacunas en 2018 contemplaba un dólar a menos de 20 pesos. Fueron 6.000 millones de pesos de presupuesto para comprar 40 millones de dosis. Luego, el tipo de cambio se duplicó, y Nación, aunque ejecutó todo el presupuesto, no pudo comprar todas las dosis que se precisaban”, explicó Carla Vizzotti, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología.
Mientras Rubinstein asegura que “es una mecánica muy compleja, pero la tenemos aceitada”, Vizzotti apunta: “Cuando no te alcanza el dinero para comprar lo que necesitás, tenés que apelar a otros mecanismos. Por ejemplo, solicitar partidas extraordinarias. Parece que no es un tema al que se le dé toda la prioridad, y por eso hay provincias que el año pasado sólo recibieron el 70% de las vacunas que necesitaban”.
Carla Vizzotti, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología.
¿Y las otras provincias? “No es tan fácil de cuantificar. Sabemos que hubo y hay faltantes en distintas provincias y de distintas vacunas, pero no se difundió un registro claro para entender qué falta dónde”, dijo la experta.
Eduardo López, jefe del departamento de Medicina del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez” también fue crítico: “El calendario de inmunizaciones de Argentina está dentro de los mejores del mundo, por la calidad de vacunas que recibe y porque abarca todas las edades. Pero está bajando su administración, por distintas razones, en otras, porque las vacunas no llegan en tiempo y forma a la gente que tiene que recibirlas”.
Rubinstein negó el faltante del año pasado, “salvo el caso de la Menveo, que es la vacuna contra el meningococo. Eso lo acepté y lo hice público en su momento. Como había un faltante producto de un retraso del laboratorio, sumado al tema de la paridad cambiaria, priorizamos las tres dosis para los menores de dos años, y suspendimos el refuerzo de los 11 años. Ahora le estamos diciendo a las provincias, como se dice en la jerga, que empiecen con el cacht up (ponerse al día)”. En agosto del año pasado, en plena polémica por la suspensión, el entonces ministro lo había atribuido a cuestiones logísticas, pero no mencionó el factor económico.
Sin embargo, una alta fuente del área de inmunización de la provincia de Buenos Aires confirmó los faltantes de 2018: dijo que, en el promedio de las cuatro vacunas, faltó un 30%. Y confirmó –igual que Vizzotti- que el presupuesto para este año no contempla la reparación de ese déficit.
Según explicó Vizzotti, “sea por falta de presupuesto como por falta de gestión oportuna, hay que regularizar la compra y la vacunación que no se hizo. No vacunarse tiene consecuencias: además de mayor riesgo de enfermarse, se acumulan los susceptibles de reingreso de la enfermedad. Y aunque los que la pueden pagar vayan al sector privado, no es el caso de la mayoría de las gente. Por otro lado, se desgasta el equipo de salud y la confianza de la población en los vacunatorios”.
Rubinstein, sin embargo, aseguró que “los chicos de 11 años que no recibieron la Menveo el año pasado, van a poder recibirla para fines de mayo. Todo se está normalizando”.
Ahora bien, si hubo un 30% de personas que no pudieron aplicarse varias vacunas, ¿por qué no se supo el año pasado?
Eduardo López, jefe del departamento de Medicina del Hospital de Niños “Ricardo Gutiérrez”.
Una alta fuente de Salud de una de las provincias afectadas explicó que las quejas por faltantes circularon, pero quedaron opacadas. “Por un lado hay gente que directamente no tiene el hábito de vacunarse. Otra acude al sector privado. En el medio, Nación mantiene un perfil bajo frente a los faltantes y a las provincias se les termina pasando el año reclamándole las dosis a Nación”. En síntesis, los números limpios del déficit aparecen con cierto delay, como ahora.
Vizzotti es crítica. Enfatiza un tema operativo de la gestión: “Hay una falta de prioridad política. Vos tenés que estar encima para que te liberan los fondos para pagar las vacunas. Además, para transferirlos a la OPS y hacer las gestiones correspondientes en la Aduana. Requiere una pericia técnica para programar las compras con tiempo. Y después, distribuir en forma eficiente”.
Clarín le consultó a Rubinstein si se hacían alguna autocrítica, si faltaba, en efecto, pericia técnica: “No puedo decir que seamos perfectos. Pero tenemos todo planificado. Hay situaciones que escapan a nuestro control, más en un momento complicado como este. Pero estamos entregando todo lo que tenemos que entregar”.
DD