Finalmente, Daniel Scioli inició formalmente su actividad diplomática como embajador en Brasil. Si bien el Gobierno Nacional había formalizado su designación a fines de junio, el ex gobernador inició su gestión en el país vecino recién este martes.
En Brasilia, con barbijos y distanciamiento social, Scioli convocó a su equipo de trabajo en representación de la Argentina a realizar “todos los esfuerzos” en la promoción comercial y en “potenciar las exportaciones de productos y servicios” nacionales.
A su vez, a través de sus redes sociales destacó: “En mi primera actividad, me reuní con las colaboradoras y colaboradores de la embajada, les solicité que todos los esfuerzos humanos y económicos se concentren en la promoción comercial”.
“También mantuve una videconferencia con el equipo del consulado de Río de Janeiro, donde coincidimos en que los temas energéticos y el desarrollo nuclear son prioritarios para nuestro país”, agregó sobre su primera jornada oficial en Brasilia.
Sin vínculo entre Alberto Fernández y Jair Bolsonaro, con una caída de la economía de más del 10% en ambos países que golpea fuerte a los lazos comerciales y los efectos del COVID-19 que no dan tregua en el armado de una agenda atada a lo que sería una normalidad diplomática, Scioli se enfrenta al desafío de la gestión diplomática en el peor momento de las relaciones bilaterales de los últimos 40 años.
Sin embargo, pese a los cruces que hubo entre ambos presidentes y las posturas antagónicas en términos económicos, sociales y sanitarios, la agenda del embajador fue acordada con Alberto Fernández. El Presidente lo recibió en Olivos el último viernes y definieron construir una “relación madura y responsable” con el país vecino.
“Viajo el lunes a Brasil con las instrucciones claras del Presidente de darles una importancia estratégica a las relaciones bilaterales y lograr un buen entendimiento con Brasil dentro de los parámetros de nuestras democracias”, había adelantado Scioli en diálogo con Infobae. Previo a la reunión a solas, Fernández y Scioli se encontraron con el empresario petrolero brasileño Rubens Ometto Silveira Mello del Grupo Cosan.
Este empresario líder de la industria de los biocombustibles en Brasil que tiene alianzas con Shell y mantiene una compañía valorada en USD 12.000 millones, adelantó al Gobierno que está dispuesto a realizar un desarrollo de inversiones en la Argentina por más de USD 700 millones.
Sabido es que la Argentina se muestra más cerca de una integración con los líderes progresistas latinoamericanos nucleados en el Grupo Puebla y Bolsonaro promueve el Grupo Lima, enfrentado abiertamente a Venezuela. No obstante, en una reunión que mantuvo con el canciller Felipe Solá y con el secretario de Relaciones Comerciales de la Cancillería, Jorge Neme, Scioli había llamado a “desideologizar las relaciones” y “enfocarnos en trabajar juntos con Brasil para salir unidos de este flagelo mundial de la pandemia”. Así, semanas atrás, el ex candidato presidencial del kirchnerismo le deseó una “pronta y favorable recuperación” al presidente Jair Bolsolaro luego de que se confirmara que el mandatario brasileño estaba infectado de COVID-19.
El Poder Ejecutivo formalizó a fines de junio pasado la designación de Scioli como embajador ante la República Federativa de Brasil. El Senado había dado su acuerdo a este nombramiento y el gobierno de Brasil le concedió el beneplácito de estilo al ex vicepresidente. Ahora Scioli aguarda para presentar credenciales ante Bolsonaro.
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