HANDOUT - Las balas marcan pero no perforan la carrocería y los vidrios del Mercedes-Maybach S 650 Pullman Guard. Foto: Daimler AG/dpa - ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo
HANDOUT – Las balas marcan pero no perforan la carrocería y los vidrios del Mercedes-Maybach S 650 Pullman Guard. Foto: Daimler AG/dpa – ATENCIÓN: Sólo para uso editorial con el texto adjunto y mencionando el crédito completo (Daimler AG/)

Políticos, monarcas, altos cargos, famosos y un sinfín de caras conocidas se han movido y se mueven a bordo de coches blindados en todo el mundo. La ex canciller alemana Angela Merkel, por ejemplo, se desplazaba a menudo en un Audi A8L Security. Su sucesor, Olaf Scholz, tiene a su disposición el nuevo Mercedes Clase S Guard S 680. 

Estos vehículos de protección especial sirven como medio de transporte seguro, y, como tales, deben ser sometidos a rigurosas pruebas balísticas.

En Alemania, son tres las oficinas encargadas de poner a prueba los vehículos civiles, y juntas forman la Asociación de Organismos de Inspección de Materiales y Construcciones Resistentes a los Ataques (VPAM, por sus siglas en alemán). Durante las pruebas de balística, los coches reciben, según el modelo, hasta 500 disparos en los puntos críticos. Estos son realizados por un tirador o bien por una máquina para disparar proyectiles.

“Inspeccionamos la construcción en la fase de carrocería bruta y vemos el vehículo sin su revestimiento, de modo que podemos reconocer de antemano los puntos supuestamente críticos y comprobarlos específicamente”, explica Peter Häussler, de la oficina de Prueba de Armas con sede en la ciudad de Ulm, en el sur alemán. 

Durante el análisis de los puntos débiles, los expertos examinan las bisagras, los bordes, las soldaduras y las uniones. Previamente, las placas y los cristales de blindaje instalados en el vehículo se someten a una prueba de resistencia a las balas en un ensayo de materiales independiente.

En función del grosor de los paneles y del vidrio utilizado, los vehículos civiles blindados se dividen de acuerdo a las clases de resistencia VR1 a VR10, que siguen la normativa VPAM-BRV. La abreviatura BRV significa Vehículo de Resistencia Balística y denota la resistencia del vehículo a los ataques con proyectiles.

Mientras que la cubierta protectora de los vehículos VR4 puede resistir las balas de un revólver Magnum del calibre 44, los vehículos VR7 pueden soportar las balas de un fusil de tiro rápido con munición OTAN y una velocidad de impacto de más de 900 m/s, es decir, 3240 km/h.

En el nivel VR10, el coche debe estar en condiciones de repeler ataques con munición dura de un fusil de asalto. Además de la prueba balística, los vehículos se someten a pruebas de explosiones. Estas se realizan con una mezcla explosiva de 12,5 kilos que se enciende junto al vehículo, o bien con granadas de mano colocadas debajo y encima del coche.

En Alemania, estas pruebas comenzaron a tener lugar en respuesta a amenazas y atentados reales, como los que se produjeron en el momento álgido de la acción terrorista de la Fracción del Ejército Rojo en los años setenta. En 1977 fue secuestrado y asesinado el empresario alemán Hanns Martin Schleyer. En 1989, el banquero Alfred Herrhausen fue víctima de un atentado mortal en su Mercedes Clase S.

Marcas como Audi, Bentley, BMW, Citroën, Jaguar, Mercedes y Range Rover venden vehículos de protección especial directamente desde fábrica. La mayoría de los vehículos para empresarios y particulares están destinados a Sudamérica, Rusia y Asia. Los clientes europeos son en su mayoría autoridades o familias reales.

Empresas especializadas como Alpha Armouring, Brabus, Trasco, Welp Group, AB Luxury o Stoof International convierten limusinas y vehículos todoterreno en vehículos de seguridad. Los clientes pueden elegir entre marcas como Aston Martin, Bentley, Porsche, Toyota, Lexus, Cadillac, Volvo y Rolls-Royce.

Pero no todos los blindajes son iguales. Y el simple hecho de colocar un poco de vidrio de seguridad y algunas placas de acero adicionales en la carrocería no detiene todas las balas. Los mejores vehículos blindados se construyen de fábrica en la fase de carrocería bruta. 

Se trata de un núcleo blindado con un motor y un compartimento de equipaje que son añadidos posteriormente. “Con el S 680 Guard, utilizamos por primera vez un habitáculo de protección independiente y autónomo que incluye nuevos sistemas de seguridad”, afirma Thomas Bentel, ingeniero de Desarrollo de Guard, la división de vehículos blindados de Mercedes-Benz.

En otras palabras: mientras que Mercedes antes blindaba la Clase S, ahora disfraza visualmente como Clase S un vehículo previamente blindado. El Guard S 680 es resistente a las balas de un fusil de precisión o de ametralladoras, así como también a explosivos sobre o bajo el coche.

La protección está garantizada por el uso de acero especial en la parte trasera y en el frontal, alfombras de protección contra astillas en el techo y placas de aramida, una fibra sintética resistente al calor. Las puertas pesan alrededor de 200, las ventanillas laterales 40 y el parabrisas 120 kilogramos. 

Unos enormes bajos con placas inferiores de 120 kilogramos protegen a los ocupantes de las detonaciones. El fuego procedente del exterior se combate con un sistema de extinción integrado de diez boquillas montado bajo el coche y en el compartimento del motor.

Los ocupantes cuentan incluso con protección contra un ataque con gas: una carga de oxígeno presiona el aire del interior con una ligera sobrepresión para que no pueda penetrar ningún gas. “Lo importante es que los ocupantes salgan rápidamente de la zona de peligro y se pongan a salvo”, señala Bentel.

El S 680 Guard, que pesa alrededor de 4,5 toneladas, está propulsado por un V12 de 612 CV y 830 Nm. El vehículo acelera de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y alcanza una velocidad máxima de 190 km/h a pesar del peso. Incluso después de un pinchazo, el coche puede seguir circulando a 80 km/h durante más de 30 kilómetros.

Un sistema de intercomunicación con micrófonos en las carcasas de los retrovisores y un altavoz en el paso de rueda permite la comunicación con el exterior sin necesidad de abrir las ventanillas laterales. Un tanque en movimiento, al menos en términos de protección. 

En BMW, el primer vehículo blindado, un 733i de alta seguridad (E23), comenzó a suministrarse a finales de los años 70. “Los vehículos de alta seguridad se reconstruyen completamente a partir del concepto básico, ya que tienen una estructura modificada. Eso requiere mucho trabajo artesanal”, explica Florian Biersack, responsable de Vehículos de Seguridad de BMW.

Por motivos de la discreción que requiere el concepto, BMW no proporciona detalles exactos, ni hace declaraciones precisas sobre la tecnología que equipan los vehículos: “El objetivo es ofrecer la mayor protección posible con la máxima calidad, manteniendo el mayor anonimato posible”, afirma Biersack.

Al mismo tiempo, la protección adicional no debe limitar el confort de los ocupantes. La calidad, el espacio, el ruido, las prestaciones y el confort de conducción deben aproximarse a los de los vehículos de serie. 

En la actualidad, BMW fabrica artesanalmente algunos cientos de vehículos al año, entre ellos el X5 M50i blindado de la clase VR6. La próxima generación de la Serie 7 también volverá a ofrecerse como vehículo de alta seguridad, probablemente en las clases VR9 o VR10.

dpa

Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

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