Derrumbe en Punta Mogotes (Infobae)

El 29 de diciembre del 2018 la intersección de Acevedo y Puán en Punta Mogotes, dejó de ser una esquina más de Mar del Plata para convertirse en un mal recuerdo. Ese sábado la pared de una terraza que no estaba en condiciones cedió y arrastró los balcones del primer y segundo piso del edificio ubicado en esa esquina. Los restos de mampostería cayeron justo en el momento en que Agustina Ferró de 35 años y su hija menor, India Luzardi, de sólo 3, pasaban por la vereda.

En la vereda de enfrente estaban Damián y Emma, entonces con 9 años la hija mayor de Agustina, de un matrimonio anterior. Tras el estruendo y el impacto de la escena que fue registrada por una cámara ubicada en un edificio cercano, siguieron la confusión y la desesperación. Comerciantes y vecinos salieron a la vereda, comenzaron a remover escombros buscando a la mamá y a su hija, pero ambas murieron ese día.

Así está actualmente la esquina de Acevedo y Puán en Punta Mogotes
Así está actualmente la esquina de Acevedo y Puán en Punta Mogotes (CHRISTIAN HEIT/)

Desde hace un año, Alex, empleado e hijo del dueño de la heladería ubicada en planta baja del edificio donde ocurrió la tragedia, ve repetirse una secuencia. Personas que desde la vereda de enfrente hablan por lo bajo y señalan, pasan caminando lento por la puerta con la mirada en lo alto, a veces se detienen unos segundos, niegan con la cabeza. También ha visto gente llorar.

“Vienen turistas de Buenos Aires, de Córdoba, de todos lados y todos te preguntan qué pasó, cómo fue, quiénes eran”, admite en diálogo con Infobae, y confirma que la familia Luzardi era del barrio, de Punta Mogotes, que muchos los conocían. Eso hace que en esas cuadras lo que pasó siga siendo un tema del que todavía cuesta hablar.

Una imagen de aérea tomada tras el demoronamiento
Una imagen de aérea tomada tras el demoronamiento

“Mi viejo salía y volvió entrar porque justo lo llamó uno de los empleados, en ese momento sintió el estruendo, todo se desmoronó atrás de él. Eran dos balcones larguísimos”, recordó y contó que en ese momento, su papá estaba convencido de que el edificio se había venido abajo. “Estuvo muy mal, no quería volver a abrir después de lo que pasó”, agregó.

Ese día poco antes de las dos de la tarde, Agustina, que era empleada de una concesionaria de Mar del Plata, llegó junto a Damián y sus dos hijas, al bar La Vereda de Vicente, a pocos metros del lugar donde ocurrió el accidente. Al menos una vez por mes iban a comer ahí.

Agustina junto a Emma e India (Facebook)
Agustina junto a Emma e India (Facebook)

Estaban sentados los cuatro en una de las mesas de la vereda, pensando en almorzar y volver a bajar a la playa, cuando Agustina les dijo a sus hijas de cruzar a ver vidrieras. Desde hacía varios días buscaba zapatos y no quería perder la oportunidad de encontrar unos que la convencieran. India fue con ella, Emma dudó, pero se terminó quedando con su papá. Y entonces ocurrió la tragedia.

“Se sintió como si hubiera sido una explosión. El ruido fue estruendoso. Nos asustamos todos y salimos corriendo hacia afuera”, le relató Oscar, uno de los empleados del bar La Vereda de Vicente, a Infobae en aquel momento. La investigación quedó en manos del fiscal Pablo Cistoldi, que ordenó de manera inmediata la evacuación de todo el edificio y abrió una investigación que indagó en habilitaciones y controles, buscando responsables.

Fue una pared superior en la terraza la que cedió y al caer arrastró los balcones del primer y el segundo piso
Fue una pared superior en la terraza la que cedió y al caer arrastró los balcones del primer y el segundo piso

“En Mar del Plata, al ser un balneario costero, suelen oxidarse los hierros más rápido y se necesita otro tipo de construcción. Hay que hacer una investigación correcta para determinar responsabilidades penales porque no estamos hablando de un derrumbe producto de la naturaleza. Fue un desplome repentino”, afirmaba Cistoldi ante la prensa marplatense. Infobae intentó comunicarse con el fiscal a fines de indagar en la actualidad de la investigación, pero a pesar de la insistencia, no hubo respuesta.

“Después del accidente hubo un par de relevamientos, se sacaron algunas leyes que se pusieron en vigencia, normas que dicen que se tienen que hacer cargo los propietarios cuando las edificaciones tienen ciertas alturas”, contó Damián, que atiende desde hace 16 años una peluquería en esa cuadra y que estaba ahí cuando se produjo el desmoronamiento.

“Se sintió como si hubiera sido una explosión. El ruido fue estruendoso. Nos asustamos todos y salimos corriendo hacia afuera”, explicó el dueño del bar La Vereda de Vicente en aquel momento
“Se sintió como si hubiera sido una explosión. El ruido fue estruendoso. Nos asustamos todos y salimos corriendo hacia afuera”, explicó el dueño del bar La Vereda de Vicente en aquel momento (CHRISTIAN HEIT/)

“Fue duro”, es lo primero que le sale responder cuando se le pregunta. Toma aire y explica: “Cuesta hablar, quedamos todos muy dolidos, era gente del barrio, se siente un gusto muy amargo”. Evita ahondar en detalles, pero sí destaca que ese día todos los que estaban sacaron escombros, escarbaron con desesperación y angustia.

Otro de los que estaba era Franco, empleado del Hotel California, ubicado a apenas 50 metros de la esquina. “Todos estaban buscando a alguien y me acuerdo de este hombre que intentaba encontrar a la mujer y a la hija, quedó muy shockeado por lo que pasó”, recordó sobre un desorientado Damián, que no terminaba de entender.

“Vienen turistas de Buenos Aires, de Córdoba, de todos lados y todos te preguntan qué pasó, cómo fue, quiénes eran”, dejó saber Alex, empleado en el comercio ubicado en el lugar donde ocurrió la tragedia.
“Vienen turistas de Buenos Aires, de Córdoba, de todos lados y todos te preguntan qué pasó, cómo fue, quiénes eran”, dejó saber Alex, empleado en el comercio ubicado en el lugar donde ocurrió la tragedia.

La causa judicial

Hasta hace unos meses las probabilidades de imputación de los posibles responsables de lo que ocurrió en Punta Mogotes eran prácticamente nulas. La Justicia de Garantías, según publicaron medios locales en agosto pasado, se debatía entre archivar la causa o sobreseer de manera definitiva al único investigado, el administrador del edificio.

A pesar de que el fiscal Cistoldi nunca formuló la imputación del administrador, Jorge Bianchi, y que según fuentes locales nunca se lo llamó a prestar declaración indagatoria, sí se lo notificó de que la investigación lo tenía como implicado.

El representante de Bianchi, el abogado Martín Bernat, presentó entonces una serie de pericias en busca de sustentar la ausencia de responsabilidad de su cliente en el derrumbe y apuntando a una deficiente obra de construcción.

Fotos: Christian Heit

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Fuente: Infobae Fecha:

Categorías: Noticias

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