Un grupo de inmigrantes en la playa Las Carpinteras de la isla de Gran Canaria, España. 26 mayo 2020. REUTERS/Borja Suárez
Un grupo de inmigrantes en la playa Las Carpinteras de la isla de Gran Canaria, España. 26 mayo 2020. REUTERS/Borja Suárez (Borja Suárez/)

Por Borja Suarez y Paola Luelmo

GRAN CANARIA, España (Reuters) – Alrededor de 80 migrantes africanos hacinados a bordo de dos barcos pesqueros desembarcaron en la isla de Gran Canaria el martes, sumándose a cientos de recién llegados que han quedado atrapados allí, en un momento en que el confinamiento en España impide los traslados al continente.

El primer barco atracó en el puerto de Arguineguin con unas 50 personas a bordo, 23 de las cuales se cree que son menores.

“Llegaron con buena salud, aunque un poco deshidratados”, dijo Gerardo Santana, jefe de la Cruz Roja de Gran Canaria. Un joven de 16 años fue trasladado al hospital con vómitos y náuseas.

Un segundo barco que transportaba a 30 hombres, una mujer y cuatro niños, llegó a la rocosa costa de San Bartolomé de Tirajana, donde los médicos tomaron temperaturas y repartieron mantas y mascarillas.

Ambos grupos serán sometidos a pruebas de coronavirus y a una cuarentena de dos semanas, dijo una portavoz del Gobierno. La agencia estatal de noticias EFE informó que tres inmigrantes recién llegados han dado positivo en las pruebas de detección del virus y se encuentran en aislamiento.

La migración ilegal a las islas, situadas al oeste de Marruecos, se ha multiplicado casi por siete en lo que va de año, hasta alcanzar 2.113 personas al 15 de mayo, pese a que se ha producido una caída del 29% en el total de llegadas por mar a España, según datos del Ministerio del Interior.

Es probable que el aumento de la seguridad en el Mediterráneo esté llevando a más migrantes a arriesgarse a cruzar el peligroso Atlántico, según dijo Helena Maleno, directora de la organización no gubernamental Caminando Fronteras, que supervisa los flujos migratorios.

“Los migrantes siguen ahí. (…) De alguna manera tienen que salir, por lo que las mafias abren rutas más peligrosas”.

Los centros de la Cruz Roja en las islas están sobrecargados y la organización humanitaria ha recurrido a alojar a los migrantes en pabellones deportivos vacíos.

“Estamos saturados”, dijo a Reuters Raúl Báez Quintana, jefe del programa de ayuda humanitaria de la Cruz Roja en las Islas Canarias. “Mientras sigan viniendo tendremos que seguir acogiéndolos, al menos hasta que termine el estado de alarma”.

(Reporte de Borja Suárez y Paola Luelmo en Gran Canaria y Nathan Allen en Madrid; editado en español por Tomás Cobos)

Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

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