Juan Figallo y Javier Ortega Desio se apoyan entre sí luego de la derrota frente a Inglaterra. REUTERS/Matthew Childs
Juan Figallo y Javier Ortega Desio se apoyan entre sí luego de la derrota frente a Inglaterra. REUTERS/Matthew Childs (MATTHEW CHILDS/)

Por Jorge Ciccodicola y Hernando De Cillia (desde Japón)

Preguntas y más preguntas son las que surgieron después de la prematura eliminación de Los Pumas en Japón, en el denominado grupo de la muerte, en este primer Mundial disputado en Asia. Que el grupo estaba quebrado, que los más jóvenes no terminaron nunca de afirmarse al esquema pretendido, que el entrenador no supo llegarle a sus dirigidos, que el resultado del debut fue determinante e hizo dudar a más de uno. La falta de confianza por la ausencia de líderes y las dudas del propio staff por mantener en la cancha a algunos jugadores claves en el grupo que después no rindieron. Todo esto fue lo que se escuchó en Argentina y aquí en Japón.

Por supuesto, fue poco lo confirmado por los protagonistas. Y mucho menos cuando a algún miembro del staff se le consultó por el tema: Martín Gaitán respondió sorprendido: “Es la primera vez que lo escucho, no sé de donde salió. Te aseguro que el grupo está más unido que nunca”. Todos coincidieron con la misma frase. Si hasta el mismo presidente de la delegación, el ex Puma Gabriel Travaglini, se encargó de remarcar: “hay buena sincronía entre el equipo, el staff y los jugadores”.

Lo que es una realidad es que Mario Ledesma se hizo cargo de Los Pumas antes de lo previsto y no tuvo un buen Mundial. La situación de su predecesor Daniel Hourcade no tenía retorno (había ganado 15 de 54 partidos cuando presentó su renuncia) y luego de la ventana de junio de 2018, y aún como entrenador de Jaguares, Ledesma debió dar el salto grande antes de lo esperado. Así fue eligiendo su equipo base, la estructura por la que apostó desde su asunción y con la que arrancó consiguiendo dos triunfos muy importantes; superó a Sudáfrica por segunda vez en La Argentina y además festejó ante Australia por primera vez como visitante en el Rugby Championship.

Allí empezaron a quedar atrás algunos apellidos históricos que perdieron protagonismo y el Head Coach se la jugó por un recambio generacional que finalizó en Japón con 16 debutantes y la confianza en un proyecto pensado a largo plazo, que seguramente tendrá su culminación en Francia 2023. Pero siempre con la cabeza puesta en vencer a los galos en el debut de Japón. Algo que le salió mal y que terminó cambiando todos sus planes.

Si hasta uno de los asistentes, otro ex Puma y capitán en su época, Juan Martín “Corcho” Fernández Lobbe, se equivocó en una de las conferencias de prensa al interrumpir al intérprete, y luego de pedir disculpas señaló: “lo que más bronca me da es lo que no hicimos nosotros, estoy tan caliente, -deslizó- Nosotros podemos controlar lo que hicimos o dejamos de hacer frente a Francia, Tonga o Inglaterra. Es así, pero con los ruidos que escuchamos no podemos hacer nada. Tendríamos que haber ganado el primer partido, el segundo y el tercero, y hoy deberíamos estar hablando de otra cosa. El único lugar en el que hay que mirar es en el grupo, en las 46 personas que venimos conviviendo desde hace tanto”, concluyó.

Mario Ledesma se la jugó por un recambio generacional que finalizó en Japón con 16 debutantes y la confianza en un proyecto pensado a largo plazo. Pero siempre con la cabeza puesta en vencer a los galos en el debut de Japón. Algo que le salió mal y que terminó cambiando todos sus planes. (Shutterstock)
Mario Ledesma se la jugó por un recambio generacional que finalizó en Japón con 16 debutantes y la confianza en un proyecto pensado a largo plazo. Pero siempre con la cabeza puesta en vencer a los galos en el debut de Japón. Algo que le salió mal y que terminó cambiando todos sus planes. (Shutterstock) (Robbie Stephenson/JMP/Shutterstock/)

Los jugadores no llegaron en el nivel que se esperaba después de lo demostrado en el Súper Rugby. Una larga temporada para la franquicia argentina y el esfuerzo por haber dejado todo para llegar a la final, les terminó jugando en contra. Sin dudas el tema físico y mental les pasó factura en el mundial, dónde la base del plantel fue la misma que Jaguares.

Los jugadores europeos no rindieron. Ni Figallo, Sánchez, ni Urdapilleta marcaron diferencias. Se esperaba mucho más de ellos y la adaptación al sistema les llevó más tiempo del esperado. Juan Figallo fue el que más jugó, siete de los ocho partidos, y en seis de ellos ingresó desde el minuto inicial. Chipi corrigió algunas deficiencias en el scrum, pero no marcó grandes diferencias en la primera línea Puma.

Ledesma apostó por el cambio y llevó a 16 debutantes haciendo un recambio generacional. Mechó a los más grandes con los más chicos y no se terminó de decidir si en apostar por el proyecto futuro o por jugarse con los más grandes. La derrota del debut contra Francia lo terminó de complicar.

Benjamín Urdapilleta se ganó un lugar en el equipo mundialista, especialmente por aquellos minutos finales en Pretoria, dónde “levantó la mano”, según el entrenador y condujo al equipo a lo que mereció ser un triunfo ante los Springboks, de no mediar el try anulado a Lucas Mensa en el final del partido. Pero en Japón no deslumbró y a pesar de hacer su trabajo, no hizo nada fuera de lo común como para reemplazar el bajón de Nicolás Sánchez.

El bajísimo nivel de Sánchez en los partidos clave: El goleador mundial del mundial 2015, después de un 2018 excepcional, dónde superó el récord de Felipe Contepomi y se convirtió en el goleador histórico de Los Pumas. Con Mario Ledesma había jugado 15 de los 16 partidos del ciclo y 14 de ellos como titular. Desde su vuelta del rugby francés nunca fue el mismo. No viajó a Sudáfrica para el último amistoso previo a Japón, y quedó afuera de los 23 convocados para el partido decisivo ante Inglaterra, en una decisión, que aún no se entendió, de parte de Mario Ledesma. En su carrera con la camiseta de Los Pumas, Nicolás sólo fue suplente en siete de los ochenta partidos que jugó, lo que habla del gran protagonismo que siempre tuvo. En la despedida ante los Estados Unidos fue titular y anotó 15 puntos.

Si bien el nivel de Nicolás Sánchez había sido bajo, para el grupo fue inentendible que el goleador del Mundial anterior ni siquiera haya ido al banco frente a Inglaterra. REUTERS/Matthew Childs
Si bien el nivel de Nicolás Sánchez había sido bajo, para el grupo fue inentendible que el goleador del Mundial anterior ni siquiera haya ido al banco frente a Inglaterra. REUTERS/Matthew Childs (MATTHEW CHILDS/)

Fue algo muy difícil de entender la salida de Sánchez de los 23 para enfrentar a Inglaterra, ya que si bien el 10 no estaba teniendo un buen Mundial, no fue ni al banco de suplentes. El entrenador llevó a Lucas Mensa al banco con un solo cap en Los Pumas y utilizó a Jerónimo de la Fuente como apertura cuando este ingresó. Inentendible, al menos, si se tiene en cuenta que entre el rosarino y el tucumano llevaban 21 partidos juntos en Los Pumas y estaba en juego nada menos que el pase a los cuartos de final, en un duelo clave como para improvisar.

La dolorosa serie de diez derrotas consecutivas que llevaron a Los Pumas a descender en el ranking y quedar afuera de los diez mejores seleccionados del mundo. Sin dudas, originó falta de confianza en el grupo, y fue uno de los factores que incidió en la irregularidad de este Mundial. En el ciclo de Ledesma Los Pumas ganaron sólo 4 partidos sobre 17 jugados (un 23,5%)

Los Pumas se despidieron de Japón con la sensación de que se pudo hacer mucho más. Para buena parte de ellos, no hay dudas de que la palabra fracaso es la apropiada para asociarla a este momento. El tiempo irá develando las versiones y rumores, como pasó en otros tramos de la historia de este equipo. La salida anticipada del Mundial fue un hecho y no tiene solución. Sin embargo, el proceso va más allá de un resultado, porque como dijeron en el seno interno de la Unión Argentina de Rugby, éste es un trabajo a largo plazo y los contratos están para ser respetados.

Ledesma tiene un gran desafío: cambiar el rumbo de este equipo. A sólo un año de tomar el cargo, el Mundial le dejó la primera gran frustración. Consolidar un estilo y fortalecer las bases, serán los caminos para evitar un retroceso que debilite la estructura del rugby argentino.

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Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

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