Maximiliano “Cachete” Díaz quedó detenido con prisión preventiva este miércoles en Rosario. La Justicia lo acusa de ser partícipe necesario del crimen de Enrique José Ensino (63), el gerente de la sucursal del Banco Nación en Las Parejas que murió luego de que dos de las cuatro balas que dispararon desde la calle le atravesaran la cabeza mientras fumaba en el balcón del casino City Center de la ciudad santafesina la noche del 11 de enero pasado.
“Me pegaron tiros”, alcanzó a decirles a los paramédicos la víctima, antes de ser trasladada a un hospital. Luego se apagó su vida, sólo por estar en el lugar incorrecto y en el momento menos indicado.
El fiscal del caso, Luis Schiappa Pietra, descarta de momento que el bancario tuviera algo que ver con el ataque, pero rápidamente llegó a la conclusión de que todo fue perpetrado por la organización criminal Los Monos, cuya tierra natal y centro de operaciones está a metros del casino, en el barrio Las Flores. Bajo el brazo ejecutor de Cachete Díaz, apresado horas después del hecho.
¿Cómo? Porque Díaz ya era, para quienes siguen de cerca a la banda, un personaje central en la operatoria mafiosa, con un rol clave: el del apretador, recaudador de dinero y reclutador de soldados que, si los apuntados por el clan no hacen caso llevan las cosas al nivel de la muerte.
“Si no hay plata, hay balas”, le advirtió Díaz a Luciano Lovera, secretario adjunto del Sindicato de Peones de Taxis de Rosario en septiembre del año pasado. Poco después, balearon su casa.
Así se maneja Díaz en Los Monos. Por eso, él no fue quien usó las armas en el ataque al City Center, pero sí fue quien organizó el ataque, contrató a los sicarios y, sobre todo, cumplió las órdenes que su jefe le dio.
El jefe de Díaz no es otro que Ariel Máximo Cantero, conocido como “Guille”, preso desde 2013, heredero del trono que dejaron primero su padre y luego su hermano como “capo de Los Monos”. Schiappa Pietra cree que quien en definitiva activó la muerte (en principio accidental) de Encina fue Cantero desde prisión.
Las hipótesis sobre qué razones los llevaron a disparar al casino son muchas, pero la incertidumbre orbita sobre un advertencia a alguien como la que hicieron sobre Lovera o, en menor medida, un mensaje más alto, directamente al poder político, tras del descabezamiento de 31 jefes de la Policía de Santa Fe, algunos de vínculos notorios con la mafia de Los Monos.
Cuando Maximiliano Díaz se sentó este mediodía frente al fiscal, escuchó toda la información que tenían sobre él los investigadores. Y que explican por qué lo identificaron tan rápido en relación con el ataque al casino.
Díaz se movía en un Ford Ka negro y usaba dos líneas telefónicas para hablar con Cantero a la prisión. El ataque al casino lo organizó con su jefe y con otros jerárquicos de la banda, como el propio Cachete. Según se reconstruyó, los primeros movimientos se dieron a principios de enero.
El 7 de enero Cachete y Guille tuvieron una conversación sobre el armado del ataque. Díaz le pasó un reporte de cómo venía trabajando. Le contó que se reunió con gente que le mandó Carlos Damián Escobar, conocido como “Toro”, segunda línea de Los Monos, actualmente preso en Ezeiza por un homicidio y por vender drogas.
Cachete le contó a su jefe que fueron con un tal “Dominicano” a ver los domicilios de una persona que identifican como B y a desentrañar cómo se movía.
En esa conversación Díaz le dice a Cantero, según la transcripción de las escuchas a las que tuvo acceso Infobae: “Boludo todo bien, ahí ya tipo 8 voy un ratito ahí al City a ver que onda”. Y Guille le responde: “Sí, sí, sí, fijate bien, la hacemos bien, a ver si nos dan algo bien piola”. Y Cachete sigue: “Sí, sí, boludo. Ahí ya les dije a los guachos qué es lo que tienen que hacer así que vamos a ver cómo sale”.
Un día antes, Díaz y Escobar habían organizado todo. Este es el diálogo:
(Escobar)-Escuchá, ¿mañana el tema del “ca” lo hacen ustedes o querés que lo hagamos?
(Díaz)-¿El temita de qué??
-Del casino de ahí
-Ah, para el miércoles. Ese (…) quiere que lo haga con el pibe este que está conmigo, porque yo le había dicho a él justo.
-El pibe mío este iba, iba a ir él, y si querés se hace con el pibe tuyo.
-Bueno el pibe este, ¿tiene auto, un tutú, algo? De última para que lo levanten de ahí, que arreglen ellos y ya está, yo le iba a tirar una monedita, ahí el pibe mío, iban a ir ellos.
-Sí, sí, yo tengo a los pibes, tiene la moto boludo.
-Ah bueno dale, decile que hablen con el mío, que yo ahora cuando vos te cruces con el pibe tuyo, yo le digo, yo le digo, decile vos.
-Hablá y decí, vos hablá y decile nomás que le manden curso y después que hablen conmigo decile.
Según se desprende de otras escuchas de los Cantero, en la jerga de Los Monos, “darle curso” es disparar. Un empleado del casino declaró ante los investigadores que la noche del ataque escuchó seis detonaciones y que se asomó y vio salir dos hombres en una moto y que uno de ellos llevaba un casco rojo.
De la identidad de los autores materiales todavía no hay indicios, o si los tienen, los investigadores los conservan herméticamente. De las conversaciones que tiene Schiappa Pietra, de momento, no hay precisiones sobre qué buscaban Los Monos con el ataque al City Center.
Es un misterio por ahora si ese personaje llamado por los implicados como “B” estaba en ese momento en el casino. Algunas fuentes se inclinan por alguna cuestión de dinero, sobre todo por la frase de Cantero “a ver si nos dan algo bien piola”.
“Creemos que Díaz junto a otras personas brindaron las posibilidades de que se produzca este hecho, armas, vehículos. Podemos vincular el ataque con maniobras del casino para amedrentar. A raíz de esto, y con la muerte”, remarcó el fiscal.
“Decimos que pudo haber sido que haya ido a pedir un dinero al casino, al entorno del casino. La más importante es la investigación del casino pero había otras investigaciones que muestran a Díaz y otros como personas que eran de contacto de Guille Cantero y otras personas que los usaban para amedrentar, amenazar, a cambio de que les den dinero por seguridad en sus negocios”, comentó Schiappa Pietra, quien admitió que la investigación “va a llevar más tiempo, no descartamos nada pero no tenemos imputación a ninguno más por ahora”.
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