El incendio ocurrido el jueves a la madrugada en la cárcel de Devoto fue más grave de lo que informó oficialmente el Servicio Penitenciario Federal (SPF), que lo había definido como “un foco ígneo”.

No sólo el pabellón 30 quedó destruido por las llamas, según pudo confirmar Clarín, sino que uno de los seis presos heridos murió en las últimas horas y otro continúa internado en grave estado.

Así quedó el pabellón que se incendió en la cárcel de Devoto.

Así quedó el pabellón que se incendió en la cárcel de Devoto.

Se trata de Jonathan Gustavo Chuliver, de 26 años, quien había sido condenado por robo agravado y estaba preso desde 2014. Se encontraba internado en el Hospital Zubizarreta, con el 50 por ciento del cuerpo quemado.

Su hermana lo despidió en Facebook: “Por qué, mi hermano, por qué tiraste la toalla. Yo te voy a llevar con mamá, mi ángel. Me destrozaste el alma“.

Jonathan Chuliver (26), el preso que murió quemado en la cárcel de Devoto, y la publicación de su hermana en Facebook.

Jonathan Chuliver (26), el preso que murió quemado en la cárcel de Devoto, y la publicación de su hermana en Facebook.

Fuentes oficiales informaron a Clarín que, según el recuento de presos realizado esta mañana, hay 1.940 detenidos en el centenario establecimiento carcelario, el único que perdura en la Ciudad de Buenos Aires, que va a camino a su demolición cuando haya sido construida otra unidad en Marcos Paz, en principio para 2020.

Para reducir la superpoblación actual, estiman que habría que trasladar a unos 200. Pero el problema es que los otros penales federales están en la misma situación.

Esto motivó que el 25 de marzo el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación declarara la emergencia penitenciaria durante tres años.

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El incendio en el pabellón 30 lo originó, alrededor de las cuatro de la madrugada del jueves último, Isaías Soto, quien prendió fuego un colchón junto con otro interno, Cristian Pérez, mientras la mayoría de los reclusos dormía. Ahora, el SPF los acusa de “estrago doloso“.

El primero resultó ileso y fue trasladado al penal de Ezeiza, a un pabellón psiquiátrico cercano al Prisma, adonde permanece el ex líder de Viejas Locas Cristian “Pity” Álvarez, por el homicidio de Cristian Maximiliano Díaz (36), cometido el 12 de julio de 2018 en el barrio Samoré, de Villa Lugano.

De los otros presos que sufrieron quemaduras, tres permanecen asistidos en el mismo penal. Los dos restantes están en distintos hospitales, uno de ellos en estado grave.

Así quedó el pabellón que se incendió en la cárcel de Devoto.

Así quedó el pabellón que se incendió en la cárcel de Devoto.

Los internos denuncian que los guardiacárceles dejaron que el fuego se consumiera mientras ellos se apilaban en el baño. Esta versión difiere con el SPF, que asegura haber sofocado las llamas rápidamente y evitado así una tragedia aún peor.

Las razones del origen todavía no están claras: algunos hablan de una pelea con otros reclusos por un robo a uno de los recién ingresados, otros que Soto, con malos antecedentes de convivencia, tanto en Devoto como en otros penales, lo hizo en medio de “un ataque de ira”.

Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Cárcel de Devoto. Foto Mario Quinteros

Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Cárcel de Devoto. Foto Mario Quinteros

Según fuentes consultadas por Clarín, el pabellón tiene capacidad para 14 presos y en el momento del incidente había 9.

En horas de la madrugada, uno o más internos alojados en el pabellón 30 del Complejo CABA iniciaron un foco ígneo, situación que derivó en el traslado de cinco a distintos nosocomios extramuros para una mejor asistencia médica“, señaló el SPF el jueves.

Además, destacó que “el personal penitenciario activó rápida y eficientemente el protocolo de normalización, siguiendo las prácticas en vigencias, evacuando rápidamente a la totalidad de los alojados en el interior del pabellón en cuestión“.

El anuncio oficial de la mudanza de cárcel de Devoto al penal de Marcos Paz.

El anuncio oficial de la mudanza de cárcel de Devoto al penal de Marcos Paz.

Soto está preso por “daño” (rompió la puerta de un auto en la calle, al parecer para robar) y fue condenado a un mes de prisión de cumplimiento efectivo.

El lunes de la semana pasada, la cárcel de Devoto había sido noticia por una llamativa fuga. Jorge Daniel Brítez (34), procesado por un homicidio y dos robos calificados, había ingresado en enero pasado con el nombre de su hermano, Ángel Antonio (32).

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Un operativo policial en la casa familiar del prófugo, en Quilmes, terminó con el último detenido. A las pocas horas se dieron cuenta del papelón y lo soltaron. Lleva más de una década trabajando en un restaurante del barrio porteño de Monserrat. Mientras tanto, el fugado sigue libre.

La superpoblación en Devoto, donde no existen las celdas individuales, es tal que un gimnasio fue reconvertido para alojar a los detenidos. Pabellón 53 le llaman. Hasta allí llegaron la mayoría de quienes estaban detenidos en la alcaidía de Tribunales, que fue declarada por la Justicia “no apta para la condición humana“. Y allí estaba Brítez, hasta que alguien le facilitó la puerta de salida.

Pabellón 53: debería ser un gimnasio, pero está colapsado de presos, en la cárcel de Devoto.

Pabellón 53: debería ser un gimnasio, pero está colapsado de presos, en la cárcel de Devoto.

EMJ

Categorías: Noticias

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