Un 23 de abril de 2004 el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y la Organización Internacional del Trabajo, junto a un grupo de pioneros del sector empresarial y de la sociedad civil, presentaban el Pacto Global de las Naciones Unidas en la Argentina, una iniciativa de responsabilidad social corporativa basada en nueve (luego fueron diez) principios universales. Mucho ha cambiado en el mundo de los negocios desde entonces y hasta la fecha. Y mucho ha logrado influenciar el Pacto Global en el ecosistema de lo que hoy denominamos “sostenibilidad corporativa”.
Para empezar, en 2004, muchas empresas encontraban a los 10 principios como una agenda muy ambiciosa. La propuesta era que las organizaciones empresariales integraran en su estrategia, en sus políticas y en sus operaciones cotidianas los principios relacionados con el respeto de los derechos humanos, los estándares laborales del trabajo decente, el cuidado del ambiente y la lucha contra la corrupción.
No solo la integralidad de la propuesta era vista como un desafío (las empresas deben tomarse en serio no uno o dos sino los diez principios en su totalidad), sino también la obligación de presentar anualmente un reporte con los avances realizados en la implementación de los principios. Reportes de sustentabilidad se contaban con los dedos de una mano y muchas empresas creían que este ejercicio era voluntario.
Fruto de un cambio de época que el mundo de los negocios está viviendo, hemos logrado que 788 organizaciones suscriban los principios del Pacto Global, formando así la red más grande de sostenibilidad corporativa. Ese cambio de época está marcado por un enfoque diferente de los líderes empresariales a la hora de hacer negocios: de tener una agenda reactiva, basada en riesgos y enfocada a la creación de valor económico pasamos a una agenda propositiva, basada en la creación de valor sostenible —es decir, económico, social y ambiental— donde las empresas deben ser capaces de obtener una licencia social para operar en un ambiente cambiante, complejo e incierto con unos grupos de interés cada vez más exigentes e interesados en conocer el “detrás de escena”.
En ese cambio de época hemos colaborado con la entrega de más de 1200 reportes de las empresas argentinas, mostrando su desempeño no financiero con información disponible, ahora para todos los grupos de interés. Lo que se consideraba voluntario (la entrega de reportes de sustentabilidad) ha pasado a ser una exigencia cada vez más frecuente de diferentes grupos de interés. Las empresas están sometidas al dilema de reportar o explicar por qué no lo hacen, como ha establecida la Unión Europea en abril del 2014.
El gestor de activos más grandes del mundo, Black Rock, ha anunciado que comenzará a revelar cómo cada uno de sus fondos cotizados en bolsa se desempeña en las métricas de ESG (económica, social y de gobernanza), cubriendo 323 mil millones en activos. Como parte de sus relevaciones de ESG, Black Rock indicará qué porcentaje de emisores dentro de cada ETF infringen los 10 Principios del Pacto Global de las Naciones Unidas. Esta decisión es una clara señal de que ahora es el momento de que todas las inversiones y las compañías se pongan de pie para abordar los desafíos que enfrentamos.
El Pacto Global en Argentina ha estructurado una propuesta de valor sobre cinco ejes verticales y uno transversal. Los ejes son: empresas y derechos humanos, cuidando el clima, sostenibilidad en la cadena de valor, economía circular y transparencia e integridad. Como transversal a todos ellos, el desafío es ayudar a las empresas a mejorar su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En ese recorrido, el año pasado publicamos un informe donde encontramos que más de 60 empresas ya están reportando sus contribuciones a la agenda 2030 y que sus mayores contribuciones se concentran en educación de calidad (ODS 4), trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8), acción por el clima (ODS 13), producción y consumo sostenible (ODS 12) y Justicia, paz e instituciones sólidas (ODS 16).
El Pacto Global, como iniciativa multistakeholder basada en principios universales, ofrece una voz al sector privado empresarial de nuestro país para moldear la agenda de sostenibilidad. Por medio de los grupos de trabajo colaboramos con las empresas a sumergirse en una amplia gama de problemas críticos de sostenibilidad, proporcionando una cartera clara y concisa de oportunidades de compromiso orientadas a la acción con plazos y objetivos concretos.
El autor es coordinador del Pacto Global de Naciones Unidas en Argentina.