(Foto: cortesía)
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La carta de renuncia del secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, que cimbró al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, formula graves señalamientos que por su importancia deben ser aclarados de cara a la nación.

Urzúa rompió con las tradicionales despedidas de un cargo de alta responsabilidad que no dicen nada, tales como que “se cumplió un ciclo”, lo que evidentemente no sucede al presentarse a los siete meses de gobierno, o la clásica de “por motivos personales” que sí podría haber usado.

El ex secretario hace público que deja el cargo por dos hechos muy delicados: que no encontró respaldo en su visión de que las decisiones de política pública deben tomarse “con el debido sustento” y que le resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública” y que “esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”.

Ambos señalamientos de Urzúa son de alto impacto para el país ¿cuáles son las decisiones de política pública que se han tomado sin sustento?, la lista puede ser larga, por mencionar algunas: cancelar el aeropuerto internacional de la capital del país que tenía más de 30% de avance y daría a México un impulso en su vocación de conectividad hacia Norte y Sudamérica, potenciando su riqueza y oportunidades para el turismo? invertir en una refinería cuando el mundo se mueve en sentido contrario hacia la generación de energías limpias, se cuenta con seis refinerías que están muy lejos de su nivel de producción plena y es más barato mandar refinar el petróleo que hacerlo directamente y haber escogido el peor lugar para ello en Dos Bocas, Tabasco, con riesgo de inundación y lejos de los lugares de mayor demanda del país? regalar 30 millones de dólares a El Salvador cuando hay mexicanos en condiciones de pobreza semejante a la de aquél país y sin oportunidades? Recortar programas de gobierno que atendían necesidades sociales importantes y asignar recursos cuantiosos a proyectos caprichosos que no tienen sustento, como el tren maya?

Carlos Urzúa renunció el martes a  la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. (Foto: Cuartoscuro)
Carlos Urzúa renunció el martes a  la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. (Foto: Cuartoscuro)

El segundo señalamiento es igualmente delicado, con independencia de los funcionarios que Urzúa no menciona por su nombre o cargo y que tendrán que ser esclarecido, quiénes son los funcionarios de gobierno con un “patente conflicto de interés” que tienen las manos metidas en Hacienda con la designación de dichos funcionarios incompetentes o que no cuentan con la capacidad para desempeñar sus responsabilidades en la delicada tarea de las finanzas públicas?, ¿cuál es el alcance de esos conflictos de interés?

No cabe duda que tomar decisiones en políticas públicas sin el debido sustento, sujetas a caprichos personales, afecta gravemente al país y es un acto de corrupción con el que Carlos Urzúa no pudo transitar más allá de los siete meses y nueve días que acompañó al presidente López Obrador.

Ayer salió el líder del partido del presidente, Morena, en la Cámara de Senadores Ricardo Monreal a cuestionar al ex secretario Urzúa de por qué no renunció antes, pero nada dijo del fondo de los cuestionamientos planteados en la renuncia. Ya hay también especulaciones de los nombres de los posibles “personajes influyentes del actual gobierno” con respaldo de arriba, para imponer funcionarios incompetentes en Hacienda, la información no podrá ocultarse.

¿Qué fue lo que llevó finalmente a Urzúa quien goza de prestigio, reconocimiento y experiencia a “abandonar el barco” y salir del gabinete de López Obrador publicando en Twitter la renuncia y no poner a su consideración una eventual salida?

López Obrador nombró a Herrera como sucesor de Urzúa y lo dio a conocer a través de un video (Foto: Especial)
López Obrador nombró a Herrera como sucesor de Urzúa y lo dio a conocer a través de un video (Foto: Especial)

La respuesta puede estar, lo cual sería aún más grave, en que se convenció de que el presidente no escucha opiniones ni argumentos tendientes a dar sustento suficiente a las políticas públicas o que contravengan sus proyectos.

Si vemos la forma en que el mandatario se refiere a su gobierno como la Cuarta gran Transformación de México, equiparándolo con la Independencia, la Reforma y la Revolución, insistiendo como lo hizo en la plaza del Zócalo al cumplirse un año de su elección, en que no se trata de un gobierno más sino de construir “una nueva República” por lo que tiene prisa y a lo que obedece su “loca pasión”, la renuncia de Urzúa quizás puede ser mejor comprendida, pues no basta la voluntad política y la pasión para generar un cambio positivo y como dijera Ayn Rand: “Se puede ignorar la realidad, pero no las consecuencias de ignorar la realidad”, parece ser que con ello se topó Urzúa.

Por último, vale decir que el presidente López Obrador no puede hacer legalmente un nombramiento de relevo en la Secretaría de Hacienda, en un video “casero” designando a Arturo Herrera quien fuera el responsable de las finanzas en su administración como Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal y que resulta ser su incondicional, sin pasar como lo manda la Constitución por la ratificación de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.

Difíciles tiempos para México.

*Político mexicano, ex diputado y ex secretario general del Gobierno de Jalisco Twitter @FernandoGuzman_

Lo aquí publicado es responsabilidad del autor y no representa la postura editorial de este medio

Fuente: Infobae

Categorías: Noticias

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